Una mudanza siempre es estresante, si además tenemos niños, quizá sea el doble de estresante; y es que además de nuestro agobio, tenemos que gestionar las emociones de los pequeños. Pensemos que es un cambio importante y que ellos no son de piedra, también sufren con este tipo de episodios, sobre todo si el cambio implica alejarse de sus amigos o cambiar de colegio. Así, ante el cambio de casa, además de buscar una empresa de mudanzas baratas, deberíamos fijarnos en algunos asuntos que puedan hacer más llevadero este trance para los peques.

Comunicación y empatía

Lo más importante en estos momentos es comunicarnos y empatizar con los niños. Hay que tener en cuenta que los niños sienten muchísimo apego por lo material, por el entorno y por el hogar. Si son pequeños, seguramente han vivido toda su corta vida en este espacio. Cambiar su habitación por otra puede ser emocionante, pero también aterrador.

La ansiedad y el estrés en los pequeños durante una mudanza puede ser más común de lo que imaginamos. Convendría, por tanto, escucharlos, hacerles partícipe de todo, ver qué opinan e intentar razonar con ellos de la mejor manera.

También sería interesante realizar visitas con los niños al nuevo hogar para que puedan ver por ellos mismos sus habitaciones. Quizá sea mucho más sencillo si ellos mismos se emocionan con el cambio.

Mantener la calma

A los adultos esto de las mudanzas nos vuelve un poco locos. Son muchas cosas las que tenemos que preparar. Si además esa mudanza está condicionada por una reforma previa en el nuevo hogar, el estrés puede ser aun mayor.

Mantén la calma. Si nosotros estamos tranquilos, ellos estarán tranquilos. Si tenemos que ponernos nerviosos, evitemos hacerlo delante de ellos.

Cuidado con las cosas de los peques

Es cierto que muchas veces las mudanzas pueden depararnos sorpresas desagradables. No sería la primera vez que se extravía algo durante los trayectos. Por este motivo, pedir presupuesto de mudanza a una empresa con experiencia podría ahorrarnos muchísimos quebraderos de cabeza. Personal especializado que se encargue de empaquetar nuestras cosas y de dejarlas en nuestro nuevo hogar.

Hay empresas que incluso hacen ellos mismos las cajas y luego montan todo dejándolo listo para entrar. Todo dependerá de lo que queramos gastarnos.

Sea como sea, las cosas de los niños deben tener prioridad. Quizá a nosotros nos duela perder un pantalón o una vajilla, pero el vacío que puede dejar al pequeño perder sus juguetes puede ser aun mayor. Si queremos curarnos en salud, podemos transportar nosotros mismos las pertenencias de los pequeños.

Implica a los peques en la decoración de la casa

Comentábamos que es importante implicar al niño en todo el proceso. En la decoración de la nueva casa también. Quizá no quieras dejar todo a su elección, pero, por ejemplo, su habitación sí podría tener su sello. Deja que ellos mismos escojan el color de las paredes, el papel pintado o las cortinas. Será muy emocionante que configuren su rincón ellos mismos.

El momento indicado

Aunque una mudanza surge cuando surge, podemos decir que el mejor momento para hacerlas es en verano. No sólo hay mejor tiempo y más horas de luz, es que, además, coincide con un periodo largo de vacaciones y los peques no verán su curso interrumpido y tendrán más tiempo para adaptarse.

Como podemos apreciar, no son consejos complicados de ejecutar. Al final, simplemente tenemos que pensar en nuestros hijos como parte importante de este cambio y prestarles toda la atención que requieren en estos momentos. Un poco de cariño extra hará el resto.