La decoración nos encanta, pero también nos gusta que los muebles que escogemos sean funcionales. En la habitación infantil puede ser complicado. Sabemos que los peques tienen un crecimiento, y que a lo largo de su crecimiento no sólo cambian sus gustos, también sus necesidades. Por eso, además de apostar por muebles neutros, que ya sabéis que luego pueden ser muy fáciles de customizar y adaptar a las diferentes etapas de crecimiento, nos encantan los muebles evolutivos. Hoy nos centramos en las cunas evolutivas, que tienen un sinfín de ventajas y que nos parecen la mar de útiles.

Las cunas evolutivas como solución definitiva

Existe un amplio repertorio de muebles evolutivos. Muebles que en un momento dado pueden transformarse en cosas completamente diferentes. Las cunas evolutivas son un excelente ejemplo. Es más, para nosotras podría ser la solución definitiva para muchos problemas de bolsillo y de espacio.

No podemos negar que las cunas son las protagonistas absolutas de los dormitorios de los recién nacidos. Estas cunas van a pasar mucho tiempo en la habitación, pero llegará un momento dado en el que tendremos que invertir en una cama, una cama apta para los más peques. Una cuna con seguridad para que nuestros hijos no tengan caídas y, además, una cama a la que puedan acceder fácilmente, algo que defienden muchas escuelas como la Montessori.

Las cunas convertibles o cunas evolutivas son a día de hoy una excelente solución para este cambio de etapa. Sí, suelen ser un poco más caras, pero si lo pensamos bien, la inversión queda completamente rentabilizada si posteriormente no tenemos que comprar otro mueble.

Cunas tradicionales vs cunas evolutivas

Si compramos una cuna tradicional, vamos a usarla durante un tiempo limitado. No sólo tenemos que cambiar después de mueble, es que, además, nos encontraremos con el problema de guardarla por si más adelante la necesitamos otra vez con otro hijo. En el caso de las camas evolutivas este problema desaparece; y es que crecen al mismo ritmo que crecen tus hijos. Asimismo, si posteriormente tenemos otro hijo, siempre puede volver a su estado original y convertirse nuevamente en una cuna. Así de sencillo.

Gran versatilidad

Una de las características que hacen que estas camas sean tan interesantes es precisamente su versatilidad. No todas las camas evolutivas son convertibles. Hay algunas que se convierten en escritorio, por ejemplo. Las que nos interesan hoy son precisamente las que se transforman en camas, las que evolucionan. Cuentan con varias posiciones en su colchón y en un momento dado podemos quitar los barrotes típicos de una cuna para dejar un espacio y que puedan acceder los niños fácilmente.

Lo mejor de todo es que cuando esa cama se queda pequeña, algo que puede suceder cuando nuestro hijo sea un poco más mayor y necesite una cama de 90, por ejemplo. Estos muebles pueden transformarse en bonitos sofás. Un rincón especial en el que tus hijos puedan sentarse a leer o a escuchar música.

Amplia variedad de diseño

Las primeras cunas evolutivas no tienen nada que ver con las actuales. Sólo hace falta pasarnos por la sección de cunas evolutivas de smallable para hacernos una idea de cómo han mejorado en cuanto a diseño se refiere.

Las cunas y camas evolutivas (pues también hay camas que van creciendo con nuestros hijos) se ajustan a las estéticas actuales, tanto en materiales como en colores. Diseños limpios y sencillos, e incluso modelos que se ajustan a estéticas más vintage.

Sea como sea, y sea cual sea el modelo que escojamos, nos parece una oportunidad estupenda para ahorrar en un futuro y, además, crear una bonita habitación infantil.

Imágenes vía: smallable