El mimbre es un material natural de lo más encantador. Un material que puede, además, darnos muchísimo juego en la decoración de interiores. Sí, también en las habitaciones infantiles. Incluir piezas de mimbre en la habitación infantil, hará que ganen en personalidad. Pero, además, lograrás aportar calidez. Un material muy empleado en habitaciones tipo vintage, con estética retro o incluso en ambientes nórdicos. Veamos un ejemplo de todo lo que podemos hacer con el mimbre.

Una silla para descansar y leer

El mimbre puedes verlo en un montón de muebles. Desde cabeceros de cama hasta mesas. No obstante, me encantan (particularmente) los grandes sillones a base de mimbre. Son robustos, elegantes y sirven perfectamente como espacio en el que poder leer. Un rincón de lectura infantil para tus hijos que podrás completar con textil. Cojines mullidos y una mantita para cuando haga frío ¿Qué más se puede pedir?

Una pieza clave para el escritorio

Además de sillones para leer, el mimbre también se puede usar para sillas. Sillas de escritorio. Un elemento que, además de ser ergonómico, logrará darle un color especial a esta parte de la habitación de tu hijo. Si quieres que sea menos dura y un poco más cómoda, no te olvides de comprar un cojín acolchado para colocarlo sobre ella. Completa el ambiente con un escritorio tipo sesentero y un colorido flexo.

Almacenaje infantil a base de mimbre

Sí, el mimbre te recuerda a las cestas. Como la cestita que llevaba caperucita a su abuelita. Este material, además de sillas y sillones, puede ser el material perfecto para objetos de almacenaje. Desde un capazo hasta un arcón o baúl. Una pieza clave que ayudará a tus hijos a mantener el orden en sus dormitorios. Recordad lo importante que es que los pequeños aprendan disciplina en el ámbito del orden desde muy pequeños. Esto nos evitará problemas cuando sean más mayores e indomables.

Muebles importantes: una cuna de mimbre

Pues sí, además de todos los muebles y soluciones que hemos dado, el mimbre puede verse en elementos imprescindibles de una habitación infantil. Por ejemplo, una cuna. Las cunas de mimbre tienen ese aspecto vintage y retro que nos enamora. Un mueble que se convertirá en el núcleo decorativo de cualquier dormitorio infantil. Si quieres destacar este material, puedes pintar las paredes en blanco, como en el ejemplo. Verás que, añadiendo madera de la misma tonalidad, no resulta una estancia en absoluto fría. Todo lo contrario.

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