Uno de los primeros problemas a los que se enfrentará un bebé, y también sus padres, es la dentición. Ojo porque siempre os decimos que en temas de crecimiento, cada niño es un mundo. Todos los peques tienen su propio ritmo de crecimiento y aunque lo habitual es que estos dientes aparezcan a los 6 meses, podrían salir antes o incluso después. Lo que seguro es cierto es que el bebé va a sentir molestias. Esto puede resultar estresante para los padres, además de molesto para el peque; y es que la dentición produce esos llantos que muchas veces son difíciles de aplacar.

Los síntomas de la dentición

Los síntomas de la dentición, como pasa con esto de los bebés, pueden ser diferentes en uno u otro. Es más, pueden aparecer molestias antes de que veamos los dientes asomar. No obstante, algunos de los más característicos y comunes son inflamación y dolor de encías que el niño manifestará con llanto.

Suelen tener menos apetito, porque seamos sinceros, a nadie le gusta comer cuando le duele la boca. Además, tienen un babeo más abundante de lo habitual.

Otro síntoma es el acto reflejo de llevarse la mano o cualquier objeto que encuentren a la boca para morderlo.

¿Y la fiebre?

Hay que aclarar algo que muchos padres ya saben, pero que muchos otros quizá no. Eso de que los niños experimentan fiebre durante la dentición no es cierto. Si el niño experimenta fiebre o febricula es posible que esté más relacionado con virus o bacterias; y es que, como comentábamos, es una etapa muy oral en la que se llevan absolutamente todo a la boca, por lo que también están más expuestos. Realmente los síntomas como fiebre o diarrea no tienen nada que ver con la dentición y es conveniente, si aparecen y son persistentes, acudir siempre al pediatra.

¿Cómo aliviar los dolores de dentición?

Los dolores de dentición nos parten el corazón como padres, pues a nadie le gusta ver a su hijo llorar. No obstante, podemos ayudarles con algunas claves.

Mordedores: la mejor opción

Sin duda alguna, la mejor opción es la de los mordedores. Un producto fabricado exclusivamente para este momento parece que tiene todas las papeletas para ser el más adecuado para tratar estos síntomas.

En el tema de mordedores, podemos ver una estupenda guía de mordedores aquí, en la que podremos ver materiales, formas y demás.

Son muy interesantes aquellos que pueden meterse en la nevera (nunca congelador) porque ofrecen, además, un frescor que puede anestesiar un poco la zona.

Lo más importante aquí es que el mordedor esté homologado; y es que si bien es cierto que cualquier producto que esté relacionado con bebés debe estarlo, un producto que además se mete en la boca, con muchísimos más motivos. Jamás optes por productos baratos o de dudoso origen.

No se recomiendan los mordedores con cuentas y cuerdas por el peligro que suponen. Tus hijos no tienen dientes aun, pero podemos tener un accidente y esas cuentas serían altamente peligrosas para ellos.

Otros consejos para la dentición del bebé

Como comentábamos, la edad de dentición suele ser a partir de los 6 meses. Si bien es cierto que esto no es del todo importante, para determinados remedios sí lo sería. Por ejemplo, si hemos empezado ya con alimentos sólidos, podemos usarlos para poder calmar el dolor del peque.

Alimentos fresquitos como la fruta o los polos caseros hechos con leche materna o leche de fórmula podrían ser un alivio enorme.

Un buen ejemplo es el plátano frío machacado. Otra opción podría ser la de colocar fruta muy fría en una de esas rejillas para comida con el fin de que el peque pueda ir mordiéndola poco a poco sin tener peligro de atragantamiento.

Otro remedio que puede funcionar muy bien, o por lo menos dar un respiro a nuestro hijo, es el de masajear sus encías. Para ello, evidentemente el dedo debe estar adecuadamente limpio. Podéis dar un masaje en la zona de la encía con vuestro meñique.

Remedios a evitar

Siempre hay remedios que no es conveniente usar. No se recomienda ningún remedio homeopático que aún no tenga efecto positivo demostrado. Los collares de ámbar no tienen una eficacia demostrada y, además, tienen un alto riesgo de atragantamiento.

¿Qué pasa con los analgésicos para encía? Bueno, lo cierto es que hay algunos que cuentan con fórmulas a las que se les añaden benzocaína o lidocaína. Ante la duda de si podemos o no usarlos, siempre es imprescindible hablar con un pediatra. Además, esta charla con el pediatra también podría darte algunas otras claves para poder calmar las encías del bebé.

Sea como sea, es una época complicada que, además, puede durar bastante tiempo, por lo que nuestra recomendación es que os carguéis de paciencia y abracéis mucho a vuestro bebé para que, además, note todo vuestro amor.

Imágenes vía: Thelittleclub, Smallable