No es que existan juegos específicos dentro de la escuela Montessori. Podemos decir, no obstante, que los principios de esta escuela pueden materializarse en diferentes materiales de juego y aprendizaje para los peques. Estos juguetes tienen unas características especiales, como por ejemplo que son objetos sin ningún tipo de instrucciones. Juguetes que estimulan la imaginación de nuestros pequeños desde edades tempranas y que, además, están fabricados con materiales sostenibles como la madera. Hoy te hablamos de los juguetes Montessori que tienen más éxito.

El arcoiris de madera

Los arcoiris de madera son un top total para los papis que siguen la escuela Montessori. No nos engañemos por su sencillez, pues es una de las bases de este método educativo. Su éxito se debe a que estamos ofreciendo a los niños un material que por sí solo no hace nada, pero que puede convertirse en muchos juguetes a la vez.

Este arcoiris forma parte de lo que Montessori considera juego simbólico. Puede convertirse en una cama para muñecas, en un túnel para coches o en la madriguera de un animalito. Evidentemente, también en un arcoiris, que es lo que es.

No deja de ser un juego apilable, en el que vamos amontonando las formas hasta que encajen. Un puzzle que, además, también hace que la motricidad fina de nuestro hijo se desarrolle. Además, al tratarse de una estructura inestable, mucho más que los cubos, los peques van comprendiendo el sistema de equilibrios y pesos.

Torres para apilar

Las torres para apilar fabricadas en madera son otro clásico de los juguetes Montessori que encantan a los niños y padres. También son muy interesantes para desarrollar la motricidad fina, existiendo tanta variedad y niveles de complejidad como queramos añadir.

Pensemos en un adulto y en sus manos. Las manos son las responsables de muchas de las acciones motoras esenciales. Por este motivo, es muy importante que los pequeños empiecen a desarrollar esta parte del cuerpo cuanto antes mejor. Es más, estos juguetes pueden ayudar a nuestro peque a hacer el movimiento de pinza, en el que se incluye el índice y pulgar y que luego es tan importante para que el pequeño pueda comer por sí solo.

Los juegos para apilar como las torres, sirven, entre otras cosas, para entrenar poco a poco las acciones motoras esenciales apretando, agarrando y llevándose las piezas a la boca. Después, cuando pase el tiempo, serán capaces de insertar los objetos en su lugar.

Cocinas de madera

Si hablamos de los juegos de imitación, no podemos olvidarnos de las cocinas de madera que son todo un must para las familias Montessori. Para Montessori es importante que la interpretación de la realidad sea del niño, que el juego le ayude en eso. No existe diferencia entre juego y realidad, por eso los juguetes deben ser un reflejo del mundo real.

Las cocinas de madera son, en definitiva, un ejemplo perfecto de este juego de imitación en el que el peque hace exactamente las cosas que hacen los mayores.

Pensemos que la cocina es un lugar en el que pasamos mucho tiempo. Los niños, además, sienten interés por colaborar y descubrir actividades que hacen los mayores. Por este motivo, imitarnos puede ser la mejor manera de aprender.

Xilfóno

Ponemos el xilófono porque realmente es un must, pero lo cierto es que cualquier instrumento musical podría estar dentro de los juguetes Montessori. El motivo es que el lenguaje musical contiene elementos básicos que el oído, incluso el de un bebé, puede captar y entrenar. Además, con instrumentos como el xilófono, la motricidad fina también se estimula.

No es que queramos tener pequeños músicos en casa, aunque quizá con el tiempo, al tener una aproximación tan temprana a la música y los instrumentos, descubran una gran pasión.

Tablas curvas

Las tablas curvas son uno de los juguetes más interesantes dentro de pedagoías como la Montessori y Pikler. Tienen un sinfín de opciones de juegos que estimularán la imaginación de los más pequeños.

Lo cierto es que estas tablas reúnen todas las características que deberían tener un juguete perfecto. Son polivalentes, porque sus posibilidades son infinitas, es un material poco definido, por lo que no condiciona el juego del niño. Asimismo, es robusto, evolutivo y capaz de adaptarse a sus diferentes etapas. Por último, estas tablas están construidas también con materiales respetuosos con el medio ambiente, como la madera.

La tabla curva ayudará a nuestro hijo a desarrollar su equilibrio y a controlar movimientos de su cuerpo.

Imágenes vía: Tutete