Hoy os traemos algo muy pero que muy especial. Se trata de dos habitaciones conectadas. Sí, dos espacios infantiles que se transforman por arte de magia en uno. En realidad, no tanto por magia y sí mucho por ingenio. Una idea maravillosa para las familias con varios peques en casa.

Una estructura central


La interpretación de esta habitación es fácil. Sólo hay que fijarse en la estructura central, una cama de esas que se incrustan en la pared a base de madera. Una cama que en realidad son dos y que, además, cuentan con salidas a diferentes estancias. La parte de arriba conecta con una habitación, la cama de abajo conecta con otra.

De esta forma, tenemos dos habitaciones en una, ampliando así el espacio de juego y teniendo a nuestros hijos en el mismo espacio pero con total independencia.

Ambientes diferenciados

De esta forma, además de tener dos zonas de juego en una, podemos personalizar cada estancia al gusto de cada uno de los pequeños. Podemos verlo claramente en las imágenes. Mientras que en una de las habitaciones se emplea unos textiles y un papel pintado, en la otra se usa otros. Cada niño tiene, así, su rincón especial, además de contar con esas camas escondidas que tanto gustan a los pequeños de la casa.

Necesidades diferentes

Si contamos con pequeños de diferentes edades, esta idea puede, además, permitirnos habilitar cada dormitorio con las necesidades de cada niño. No sólo sus gustos. Es posible que uno de nuestros hijos tenga una edad mayor y ya necesite colocar un escritorio grande para poder estudiar.

Por otra parte, es posible que el otro “habitante” de este dormitorio compartido tenga una edad en la que el juego sea muchísimo más esencial. Así, tendría su propio espacio para juguetes, zona de juego e incluso para colocar un columpio.

Independencia unida

Nos gustan las camas de esta habitación doble porque no dejan de ser literas, y ya sabemos que los niños se vuelven locos con estos muebles. Además, también son literas tapadas, creando así un rincón oculto a la vista de los adultos, pero también a la vista del compañero de habitación.

Lo bueno de este tipo de camas que panelan los laterales es que podemos incorporar pequeñas baldas para que los peques tengan a mano libros y peluches.

Será muy sencillo descansar con independencia, pero también sentirse acompañado y hacer una visita al hermano en un momento dado.