Cada familia hace las cosas como mejor sabe. Hay familias que apuestan por el colecho y sus beneficios y otras que se decantan por crear desde el primer día un entorno en el que sus hijos aprendan a ser autónomos. Ambas opciones son buenas precisamente porque cada familia tiene unas necesidades. Como siempre decimos, lo importante es que todos estéis bien. Ahora bien, ¿hay alguna alternativa a estas dos opciones? Pues lo cierto es que nos ha sorprendido mucho ver ejemplos como este, en el que la habitación del bebé está junto a la de los papis. Junta pero separada por un cerramiento de cristal. Una manera muy original de solucionar esta primera decisión.
Un cerramiento con mucha luz
Además de la evidente posibilidad de estar con nuestro hijo en cualquier momento, nos encanta esta solución porque ofrece muchísima luz a la estancia. El cerramiento de cristal cuenta con una parte superior a modo de ventanas y una parte inferior cerrada. Además, se une a un gran ventanal que deja pasar la luz a toda la habitación que se convierte en una sola.
Paleta de colores
La paleta de colores que se emplea en esta habitación es muy neutra. El blanco lo inunda todo, algo que hace que esa luz que entra por los grandes ventanales se distribuya muchísimo mejor. Nos gusta, además, que utiliza blanco en paredes, muebles y suelo, algo que permite que el color pueda introducirse a través del textil y los juguetes. Una apuesta muy nórdica que incorpora también toques de madera en diferentes complementos.
Una pizarra en la pared
El blanco y el negro siempre combinan. Lo cierto es que en esta habitación queda francamente bien esta pared de pizarra negra junto a la ventana. Un rincón artístico para que nuestros hijos, a medida que crecen, puedan explorar su imaginación al máximo. En este caso, además, se trata de una pizarra con forma de casa, algo que da cierto dinamismo a esa pared.
Armario abierto
En una habitación en la que el concepto abierto impera, no podíamos esperar otra opción para el vestidor del bebé. Unos módulos, estantes y barra al aire. La manera de tenerlo todo controlado y a la vista para ganar comodidad y funcionalidad.
La butaca para las noches
Sabemos que las tomas pueden ser complicadas si no se hace colecho. Al tener la habitación pegada al dormitorio principal la cosa mejora, aún así, siempre es bueno contar con una butaca o sillón cómodo para poder dar el pecho a altas horas de la mañana. Se escoge, en este caso, un modelo en negro que resalta enormemente con el blanco del resto de las estancias.
Quedaría por saber cómo se resuelve este espacio a medida que crecen los niños, pero lo cierto es que no nos parece mala idea que en un futuro se traslade al peque a otra habitación dejando este rincón como un vestidor con muchísimas posibilidades. ¿Quién no querría tener un vestidor al lado de la cama?
Imágenes vía:jesus-sauvage