Muchas veces nos centramos en los dormitorios de los niños olvidando la importancia que tienen los dormitorios de los recién nacidos. Hoy queremos volver a inspiraros. En esta ocasión con una preciosidad de espacio: un dormitorio del bebé lleno de rubor, texturas acogedoras y pequeños detalles que lo hacen realmente especial. Se trata de la habitación de Mia, una habitación que tenía un camino marcado muy claro. Querían un espacio acogedor que se percibiera como un rincón cálido y bonito para que Mia pudiera crecer durante los primeros años de su vida. El resultado fue este maravilloso espacio infantil que podría estar entre los dormitorios del bebé más bonitos que hemos visto últimamente.

Una habitación con tonos rosa

El punto de partida de esta estancia estaba en el papel pintado de estrellas (ColeandSon). Este papel presenta un leve rubor, muy pálido, pero realmente encantador. Un diseño muy versátil que no resta ni un ápice de luz, todo lo contrario, la potencia. Además, su diseño estampado simple, permite que la habitación se convierta en un lugar tranquilo, sin demasiados estímulos, algo que un recién nacido necesita. Este papel supuso el principio del proyecto, ya que a partir de este leve rubor pudieron añadirse otros acentos más potentes y complementarios en diferentes elementos.

Los tonos rosa debían ser similares, aunque pudieran contrastar entre ellos, desde las piezas más grandes como el sofá o el puf hasta los libros o elementos decorativos de las estanterías. Todos giran en torno a un rosa sin desentonar.

Mobiliario encantador en madera y blanco

Una habitación con tonos rosa puede ser arropada por colores como el blanco y materiales como la madera. De esta forma, aunque hay piezas con bastante presencia en esos tonos rosa, como el gran sillón de lactancia, también observamos un equilibrio con el resto de paredes en blanco, así como la alfombra central.

El otro punto es el de los muebles. Una bonita cuna en blanco y madera añade calidez a la estancia, algo que también se consigue con otros muebles como el cambiador. Una cómoda grande en blanco con detalles en madera en sus tiradores y una cesta de mimbre cambiador para poder llenar de contrastes esta pared blanca.

Cuentos para ir creciendo

Seguramente, esta habitación no acompañará a Mia en toda su niñez, pero es ideal para los 2 o 3 primeros años. Por este motivo nos parece un verdadero acierto colocar una estantería con cuentos. Ya sabéis que nos encantan estas estanterías tipo Montessori que se colocan a una altura cómoda para los peques y que muestran todos los libros como si fuera un escaparate.

Luces que dan calidez

Para terminar, destacar que la ventana no cuenta con cortinas, aunque sí con con una mallorquina en blanco capaz de regular la luz en cualquier momento. Además, nos gustaría destacar el uso de las guirnaldas de luces. Las luces led que recorren una de las paredes, creando bonitas formas como ese corazón, hacen que el encanto de esta estancia aumente muchísimo más. Una luz de apoyo que se verá preciosa por las noches, cuando estemos durmiendo a nuestros bebés.

Imágenes vía: oheightohnine