Aunque las habitaciones infantiles en blanco, o esas que se arropan con muebles de madera, nos tienen fascinadas, somos muy partidarias de las notas de color discordantes. Sí, incluir un mueble, como un armario o una cómoda, con un color diferente, de contraste, puede dar mucha vida a la habitación infantil ¿Y si nos decantamos por el amarillo? Es un color de moda, de eso no hay duda alguna. No obstante ¿qué tal quedaría en una habitación para peques?

Psicología del color

El color amarillo, dentro de la psicología del color, es el tono favorito de la contradicción, pero, además, también os trae optimismo, diversión y entendimiento. Es el color más brillante y energizante de los colores cálidos. Es, además, alegría instantánea, inteligencia y estimulación.

Podemos decir, además, que el amarillo es el color de la luz, del sol, del poder y de la fuerza. Representa lo jovial, lo afectivo, lo impulsivo y lo excitante.

Si nos paramos a pensar en todo esto ¿no os parece uno de los colores más adecuados en un espacio infantil? Es decir, todos queremos que nuestros hijos sean alegres, estén enérgicos y disfruten de su fuerza y su impulsividad. Ahora bien, mejor en pequeñas dosis, sobre todo si tenemos hijos muy movidos. Así, un pequeño toque en amarillo, en forma de mueble o cómoda, nos parece una decisión maravillosa.

Con qué materiales puedo mezclarlo

Si únicamente queremos añadir este amarillo, que puede encontrar muchos tonos (más fuerte o más flojo), como algo puntual, hay que pensar en el resto de materiales de la estancia. Lo cierto es que con la madera, el amarillo saca su parte más cálida. Nos gusta la combinación entre ambos, y no podemos negar que llegan a un equilibrio que quizá calme un poco el entusiasmo excesivo de los amarillos más potentes.

Además, si somos unos enamorados de la decoración nórdica y nos gustan las habitaciones infantiles nórdicas, un amarillo mostaza, más apagado, puede ser la idea que estamos buscando para romper con la excesiva pulcritud de este estilo.

Combinaciones llamativas

¿Podemos hacer combinaciones más llamativas? Claro, al final el límite está en nuestro gusto o el de nuestros hijos. Por ejemplo, hemos visto opciones en las que el mueble amarillo es un gran armario. No contentos con eso, se apuesta por papel pintado llamativo en la parte trasera del mueble ¿el secreto? Encontrar un equilibrio en el resto de la estancia. Mucha madera y pocos muebles.

Otra opción que nos ha cautivado es la de mezclar radicalmente el amarillo con colores como el rosa. Seguro que nunca habíais imaginado, por ejemplo, que el amarillo (y no uno oscuro precisamente) quedara tan bien con una pared pintada en rosa. Un ambiente tropical que puede ser ideal también para una habitación infantil. Simplemente tenemos que, como en el caso anterior, intentar buscar el equilibrio con el resto de elementos. No saturar ni abarrotar la habitación de juguetes ni muebles y, quizá, apostar por texturas naturales, que con este toque tropical quedarán la mar de bien.

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