Hoy os traemos un espacio de juego. Un lugar maravilloso y muy especial ubicado en Sydney, Australia. Un ejemplo perfecto de como los interiores con estilo escandinavo llegan a todas las partes del mundo; y es que no podemos negar que los dormitorios nórdicos o las habitaciones de juego nórdicas son una verdadera preciosas ¿Por qué no extenderlo a los lugares de ocio fuera de casa?

Un espacio de juego con olor a madera

Nubo es un espacio de juego que utiliza las claves del diseño escandinavo para ser atractivo para los niños. Además, hay que resaltar que se trata de un espacio de juegos de niños hasta 10 años, por lo que el público es amplio. Para ello, se ha optado por un ambiente tranquilo pero muy inmersivo, para que las mentes más inquietas puedan explorarlo.

Lo que más sorprende de este espacio infantil es la ausencia del color. No, no es otra parque de juegos lleno de arcoíris y colores por todas partes. No hay diversas tonalidades chillonas en las paredes, ni en los muebles. Más bien nos encontramos con un lugar muy neutro, a base de roble en el suelo y combinado con muebles de madera a medida y juguetes que van por la misma línea.

Las nubes para soñar

Nos fijamos en que los motivos conceptuales de las nubes aparecen flotando en lo alto y se repiten en los bordes de las diferentes áreas. También podemos ver un gran globo gigante de aire caliente que funciona como una cápsula de lectura sobre el área curva de la biblioteca.

El estudio de arquitectura se inspiró en una actividad tan frecuente como mirar las nubes. En ese momento, cuando miramos las nubes, nuestra mente es libre de interpretar todo lo que quiera. De esta forma, teniendo en cuenta que Nubo significa nube en esperanto, debían tener un protagonismo más que absoluto en el interior de este lugar.

Sin dispositivos digitales

Había algo más que inspiraría a los interioristas que realizaron este lugar. Para Nubo era esencial el juego libre, sin dispositivos digitales que pudieran distraer a los niños. Por tanto, tenían que crear un espacio que ejercitara la imaginación, con una visibilidad perfecta. Un lugar en el que se pueda experimentar el juego en su estado más puro. Así, Nubo se creó en torno a una estancia con juguetes sólo de madera. La única excepción es el agujero lleno de pelotas azules y la sala de construcción con bloques de goma.

Aunque en las fotos no se puede apreciar, este lugar utiliza música clásica para acompañar el juego. Sin duda una combinación perfecta que hace que los niños descubran, rían y se diviertan sin distracción alguna. Un entorno en el que, además, los padres también interactúan. El éxito de este espacio de juego es tal, que según cuentan muchas guarderías de la ciudad están reservando horas de juego. Parece que la tecnología está bien y es necesaria, pero los niños también pueden y deben aprender de otra forma, con otros juegos más tradicionales que poco a poco se habían relegado a otro plano.

Imágnes vía:frameweb