Hoy os hablamos de algo un poco diferente. No nos centramos en la decoración infantil, ni en manualidades ni en recetas. Nos centramos en el entorno. En el entorno de toda la casa; y es que, aunque los espacios infantiles sean importantes para el crecimiento de nuestros pequeños, las zonas comunes también. Es algo en lo que nos ha hecho pensar el Manual para organizar tu casa de Pía Nieto (Acropress, 2018), un manual que nos muestra todo lo que ya deberíamos saber (pero no sabemos) para que nuestra casa sea un lugar mejor.

Más de 400 páginas de consejos

Seguramente algunas cosas sí las reconoceremos, pero lo cierto es que en 400 páginas vamos a encontrar muchísimos consejos de toda la vida que nos harán el día a día mucho más sencillo. Consejos y trucos que van desde quitar una mancha de chocolate, algo tan común en los peques, hasta cómo ahorrar haciendo la lista de la compra, cómo limpiar para que nuestra casa dure más tiempo limpia y, ante todo, como organizar y ordenar. Si bien es cierto que son cosas que en cualquier hogar pueden ser importantes, cuando tenemos hijos se hacen imprescindibles; y es que el mundo de los peques puede ser un mundo caótico, ya lo sabemos. El ambiente ordenado y organizado repercute directamente en nuestro estrés, pero también en el de los niños.

Ordenar para empezar a ser feliz

Para la autora, tener un entorno mucho más relajante, puede lograr, incluso, que desarrollemos talentos desconocidos, tanto nosotros como nuestros hijos. Tiene sentido, a más tiempo libre, mayor tiempo para invertir en otras actividades que no tengan que ver con el orden y las tareas rutinarias de casa. ¿Y cómo empezamos? Por el orden.

El orden en casa puede aligerar nuestros espacios, pero también nuestra mente. Siempre dejamos las cosas para después y al final terminamos con absolutamente todo por medio, más cuando tenemos niños y todo queda por detrás de nuestro papel como padres.

Haba en el libro de la manera que tienen profesionales incluso en la NASA de organizar. Para ello, sintetizar, eliminar y despejar son primordiales. Intenta ordenar por categorías y no por habitaciones. Intenta, por ejemplo, centrarte primero en los juguetes, luego en los libros y luego en la ropa. También es importante ir deshaciéndose de cosas, en el mundo de los niños casi más. Piensa cada mes qué objetos tu pequeño ya no va a utilizar, piensa, también, qué objetos no vas a utilizar tú.

Guardar en lugares adecuados

Otro punto a tener en cuenta es el de guardar. Intentemos guardar las cosas en espacios que estén relacionados con esas cosas. Por ejemplo, no tendría sentido guardar los libros en un cajón teniendo una estantería ¿no? Con juguetes, más de lo mismo. Pueden venir muy bien arcones, cajas de madera o estanterías bajas; y es que, recuerda, además, que es importante inculcar a tus hijos todas estas cosas de pequeños.

Los ganchos, por ejemplo, también son un elemento interesante. En una habitación infantil va a permitir que tus peques puedan colgar su ropa, aquella que se usa a diario como chaquetas o abrigos. En el resto de la casa también funciona; y es que no hay nada que estrese más que ver toda la ropa desperdigada en sillas.

Fíjate en tu ritmo de vida

La organización es clave, pero esa organización también pasa por revisar cuáles son nuestros ritmos. Una visión global de horarios y necesidades de absolutamente todos los que convivimos. Pensemos el tiempo que dedicamos a cada una de las tareas para poder economizarlo y tener, así, más tiempo para disfrutar de nuestros hijos y de nuestro ocio en general.

La limpieza

Un punto importante que como padres también tenemos que anotar. La limpieza es necesaria, pero se puede hacer todo mucho más rápido si optimizamos ese proceso. Conviene, por ejemplo, preparar una cesta de limpieza adecuada con absolutamente todo lo que vamos a necesitar para esta tarea.

No te olvides de ventilar la casa todos los días unos 10 minutos, es la mejor forma de que el ambiente esté menos cargado. Limpia siempre las superficies y, por último, el suelo. Una vez termines, cierra las ventanas y las cortinas adecuando la luz para que sea mucho más agradable.

Los dormitorios conviene limpiarlos en días alternos. Si tenemos un mantenimiento en el orden, no tendremos que pegarnos esas maratones los sábados o cualquier otro día libre. Son pequeñas rutinas que incluso nuestros hijos pueden aprender, porque ordenar es fácil, pero pasar un trapo para quitar el polvo aún lo es más.

En general, estamos ante trucos y tips que cualquier abuela podría darnos pero que muchas veces pasamos por alto. Lo interesante no es que nosotros mismos los cumplamos, que también, es intentar que poco a poco toda la familia se implique y que incluso los peques puedan hacerlos para comenzar a aprender la importancia del orden y la limpieza.

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