Si en casa sois de hacer bizcochos, esta receta os va a encantar; y es que además de un delicioso bizcocho para el desayuno, tendremos la oportunidad de añadirle una sorpresa extra, un colorido arcoíris en su interior. Esta receta tiene algunos secretos, pero el más importante es el molde con el que hay que hacerla. Se trata de un molde conocido como Bundt Cake, con forma de corona y hueco central que permite un horneado más rápido. Un molde que nos va a dar la posibilidad de ir montando poco a poco nuestro arcoíris para meterlo en el horno fácilmente y sorprender así a nuestros hijos.
Ingredientes
- 4 claras de huevo grandes.
- 260 gramos de harina.
- 2 cucharaditas de levadura química.
- 100 gramos de harina de repostería.
- 420 gramos de azúcar granulada fina.
- 1 cucharadita de esencia de vainilla.
- 1 cucharadita de sal fina.
- 75 gramos de aceite de coco.
- 226 gramos de mantequilla sin sal.
- 250 ml de leche.
- Colorante alimenticio.
Paso a paso
Lo primero que tenemos que hacer es conseguir una buena masa para nuestro bizcocho. La mantequilla, el aceite de coco y el azúcar se batirán juntos. Puedes incluir aquí la sal y la vainilla así como la levadura. Bate todo enérgicamente durante unos cinco minutos.
Las claras de huevo las iremos añadiendo de una en una para que se incorporen poco a poco a la mezcla.
Por último, puedes añadir la harina, pero deberás tamizarla antes para que la miga de tu bizcocho sea mucho más fina.
Una vez tengas incorporada la harina, es el momento de añadir también la leche a una temperatura ambiente. Una vez juntes todos estos ingredientes, tendrás una masa de pastel muy ligera y cremosa.
Es hora de crear nuestro arcoíris y para ello vamos a necesitar que cojamos ⅓ de la masa total y la repartamos en unos cinco cuencos. Ten en cuenta los colores de un arcoíris, aunque puedes incluir los que más te gusten, claro. Añade unas gotas de cada color en los cuencos y ve mezclando para que se unifique con la masa.
Pasamos al paso de montar nuestro bizcocho con el arcoíris dentro. Para ello, toma la mayor parte de la masa blanca (deja ½ para el último paso). Vierte la masa en tu molde y usa el dorso de una cuchara para hacer un pequeño hueco o foso en ella. Es aquí donde colocarás tus colores. Puedes ir colocándolos como más te guste, pero ten en cuenta que luego el bizcocho se verá al revés, por lo que el color que coloques en el fondo será el primero que aparezca por arriba.
Para aplicar la masa de colores, puedes hacerlo mejor con manga pastelera individual. Si no tienes, usa bolsas para sándwich.
Cuando extiendas la primera capa de color, alísalo lo más ancho que puedas, pero manteniendo siempre un borde en sus lados interior y exterior.
Cuando termines con los colores, vierte la última parte de la masa con mucho cuidado. Usa la parte posterior de una espátula para poder crear una capa uniforme pero sin presionar demasiado.
Sólo nos queda meter nuestro molde en el horno y esperar hasta que se cocine por completo. Luego, al sacarlo, recuerda que es mejor dejar enfriar para que se asiente todo.
Aunque podemos presentarlo sin más, con un poco de azúcar por encima, lo cierto es que si tenemos algo de chocolate y nos ha sobrado colorante alimenticio también podemos hacer una ligera cobertura con un color, el que más nos guste. Otra opción sería cubrirlo de chocolate blanco.
Idea y receta debuttermilkbysam