El cambio de una habitación infantil a una habitación adolescente es un cambio importante en la vida de nuestro hijo. Dejamos atrás los espacios más aniñados para crear ambientes con mayor grado de personalización; y es que ellos quieren su rincón, su espacio, su refugio. Quieren un lugar en el que se puedan identificar. Te hablamos un poco de este proceso y te damos algunas ideas; y es que aunque al final sean nuestros adolescentes los que elijan, podemos ayudarles a tener un espacio mucho más óptimo para esta etapa de su vida.
Una cama apropiada
Es bastante común que llegados a cierta edad tengamos que cambiar la cama de nuestro hijo. Ojo, porque hay modelos de cambas convertibles que pueden durar mucho. Tenemos opciones incluso de cunas que se convierten luego en camas de hasta 1,60 de largo. No obstante, a estas edades suelen ser ya altos. Es momento de comprar una cama para adulto. Si la habitación es muy grande, podemos optar por camas de hasta 1,50 de ancho, siendo una opción muy interesante para el descanso. No obstante, pensemos en que vamos a necesitar espacio para otras zonas, por lo que si ocupa demasiado, quizá tengamos que optar por una de 1,35 o incluso una de 90 de ancho. El largo dependerá de lo alto que sea nuestro hijo, pero un largo de 1,90 suele ser suficiente.
Mucho más almacenaje
Cuando nuestros hijos llegan a ciertas edades, las cosas que van a guardar en casa aumentan como su estatura o su peso. Sí, un adolescente empieza a tener más ocio, más pasatiempos, más pasiones y más… trastos. Es momento de reorganizar la habitación para que puedan contar con mayor almacenaje.
No guardará tantos juguetes, pero sí guardará más zapatos, más pantalones y más prendas de ropa en general. Además, también guardará más libros, más música y cualquier tipo de objeto coleccionable. Una estantería grande, a medida, puede ser necesaria. Si no tenemos mucho espacio en las paredes, intentad que esta estantería no llegue al suelo, así podremos aprovechar la parte baja de la pared para otro tipo de muebles, desde zapateros hasta un escritorio.
Un armario empotrado quizá sea una de las mejores opciones llegados a este punto de su vida. Si no lo hemos hecho antes, es buen momento para colocar uno en su habitación. Recordad que estos armarios a medida se adaptan a la perfección a cualquier rincón, sacando así mucho provecho incluso de los espacios más reducidos.
Personalización de viejos muebles
Uno de nuestros consejos es siempre apostar por muebles neutros. De esta forma, cuando nuestros hijos crecen se pueden reaprovechar porque no tienen ese toque infantil. Además, también podemos pintarlos. Si tu hijo tiene pasión por el negro, quizá pueda pintar de negro esa cómoda blanca. La pintura a la tiza es siempre nuestra apuesta, ya que cubre muchísimo, es fácil de aplicar y no necesitamos lijar ni retirar otros productos de la superficie. Con un par de pasadas estará como nueva.
En este punto, deja que sea tu hijo el que escoja colores. Puede incluso crear composiciones forrando los cajones con alguna tela que le guste. Es más, hay papeles pintados o papeles de vinilo con los que se pueden forrar estos muebles, sobre todo si cuentan con líneas rectas.
Una zona de estudio bien preparada
Es posible que la pequeña mesa de tu hijo ya no sea tan adecuada. Un escritorio a ciertas edades es importante; y es que la etapa escolar de nuestros hijos es esencial para su desarrollo como individuos. No prescindas de este espacio.
No importa si la habitación es pequeña, siempre hay opciones. Las mesas a medida pueden ser interesantes. Además, hay escritorios que se pliegan y quedan cerrados sin molestar ni lo más mínimo.
Lo importante es que tu hijo se sienta cómodo en el escritorio para poder desarrollar todos los trabajos que tiene por delante. Así, la silla también será un elemento imprescindible en el que hay que invertir. En este sentido, intentemos mirar sillas de calidad, tipo sillas de oficina. Con el paso de los años van a tener que estudiar cada vez más, así que las opciones más ergonómicas serán las más apropiadas.
Una zona de estar
Hay veces que tenemos espacio de sobra, y en estos casos se pueden hacer verdaderas maravillas. Si el dormitorio de tu hijo es lo suficientemente amplio, contempla, además, la posibilidad de crear una zona de estar. Un lugar en el que puedan reunirse con sus amigos y charlar. Un sofá en un rincón puede ser el lugar perfecto para reuniones adolescentes sin tener que estar en las zonas comunes de la casa.
Soluciones para habitaciones más pequeñas
En el caso de que nuestro dormitorio sea más pequeño, podemos optar por un tipo de camas que funcionan muy bien. Se trata de las camas altas. Estructuras que dejan el colchón en el aire y que logran aprovechar la parte inferior para otra función, desde la zona de estudio hasta esta zona de estar que comentábamos.
Personalización a su gusto
Por último, pensad que los adolescentes tienen ya una personalidad marcada, así que preparaos para ver póster y láminas en la pared que igual no terminan de gustaros pero que a ellos sí. Música, personajes de ficción o simplemente actores de televisión. Todos hemos sido adolescentes.
Imágenes vía: Maisons du monde, Ikea, micasarevista