Lograr que nuestros hijos desayunen todo lo que queremos que desayunen no es fácil. Y no, no se trata únicamente de esos ingredientes que poco les pueden gustar. Hay veces que nos encontramos con niños que comen divinamente y otros que se hacen de rogar demasiado. Quizá podamos hacer las cosas un poco más sencillas si preparamos platos divertidos para el desayuno, un momento en el que el apetito puede no haberse despertado del todo.

Aprovecha el color de la fruta

Si quieres que tu hijo desayune fruta, puedes intentar crear composiciones muy divertidas con cada uno de los productos que uses. Si haces una macedonia, evidentemente tendrás más opciones. No obstante, escoger una única pieza de fruta también puede darnos ventajas. Por ejemplo, una mandarina puede convertirse en un simpático cangrejo. Una sandía, por su parte, puede transformarse en varios flamencos.

Desayunar huevos duros

Seguro que más de uno ha desayunado huevos duros por la mañana. Lo cierto es que es una fuente muy importante de nutrientes. No suele ser el producto que más gusta a nuestros peques, pero sus colores dan la opción de crear divertidísimos personajes. Fijaos bien en el ejemplo de la imagen. Huevos duros que se han convertido en simpáticos conejos ¿quién dijo que no se podía jugar con la comida? Deja que tus hijos jueguen, experimenten y disfruten de las diferentes texturas y sabores. Ellos mismos serán los que digan en un momento dado que algo no les gusta, pero mientras ayudemos a que experimenten con platos como este.

Aguacate con formas

El aguacate es un súper alimento que está presente en cualquier dieta saludable. Es una fuente enorme de antioxidantes, además de contar con grasas positivas que pueden ser muy beneficiosa para los mayores, pero también para los peques.

Un aguacate se puede servir encima del pan, como una mantequilla o salsa. No obstante, si lo presentamos de esta forma tan divertida, serán ellos los que comiencen a experimentar con su textura y sus posibilidades.

Sandwiches con caras

Hay que reconocer que no es el plato que peor entra a nuestros hijos, pero esto no significa que no podamos llevarlo a otro nivel y hacerlo también divertido. Un sándwich puede ser un plato muy pero que muy divertido. Añadamos dos ojos con forma de aceitunas y juguemos con su relleno para que parezca un monstruo amigable. Sí, una forma muy divertida que marcará la diferencia.

Domingo de tortitas

Que las tortitas sean otro plato muy apreciado por nuestros pequeños, no significa que no podamos darle este toque divertido que intentamos darle a toda la comida de nuestros hijos. Podemos hacer caras con el sirope, si no tenemos demasiado tiempo, o incluso marcarnos un conejo con piezas de fruta extra. Sin duda un desayuno que quedará marcado en el calendario de nuestros hijos; y es que las tortitas son deliciosas, pero si las hacemos más divertidas serán un momento único para vivirlo en familia durante los domingos.

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