Hoy os traemos el ejemplo perfecto para ilustrar que el gris, definitivamente, es el nuevo blanco. Sí, ya sabemos que los colores grisáceos o negros asustan un poco, pero lo cierto es que escogiendo el tono adecuado, incluso la habitación infantil se puede ver beneficiada. Se trata de una habitación preciosa en la que se pueden ver claramente dos zonas, una en la que se ubica el escritorio y la cama y otra zona de juegos. En ambas partes se usa un gris como telón de fondo y la verdad es que el resultado es increíble.
Un espacio para dormir y trabajar
La zona en la que se ubica la cama y el escritorio es una zona más sobria. Un tono de gris un poco más oscuro que en la otra zona, pero igualmente sutil. Contrasta enormemente con la madera que se usa en el suelo y en el escritorio, una madera nada tímida y con gran carácter.
¿Qué permite el gris en las paredes? Permite que podamos incluir color a través del mobiliario, pero también con los textiles. Así, la cama de esta habitación cuenta con una bonita cortina que oculta el espacio al antojo del pequeño.
Estanterías sobre el escritorio con diferentes cajas y elementos decorativos con numerosos estampados; y es que al tener un color tan unificado en las paredes, los estampados pueden cobrar vida en cualquier rincón del dormitorio, desde la colcha de la cama, hasta los archivadores para que nuestro hijo guarde sus tareas.
Un vestidor ideal
La zona del vestidor nos parece una fantasía. Una simple barra que cuelga sobre el suelo y un montón de pompones con formas de flores de tela sobre esta barra. Ya sabemos que este tipo de soportes son súper útiles cuando queremos colocar la ropa que nuestros hijos pueden usar durante la semana. Ellos mismos podrán elegirla fácilmente y vestirse ganando autonomía.
El espacio de juego
El espacio de juego empieza con un gris más tenue y un papel pintado con dibujos esquemáticos. Un papel pintado con fondo blanco que contrasta enormemente con el resto de paredes. Además, apreciamos una bonita cuna de latón con un dosel. Estupendo rincón de juego que servirá, también para colocar los juguetes de los niños.
Comentábamos que al usar un tono gris claro en las paredes, damos más unificación a la estancia al mismo tiempo que permitimos que los estampados y colores se manifiesten en otros detalles. Es muy similar a lo que consigue el blanco, por otro lado.
Esta zona de juegos no escatima en colores y aunque estamos ante piezas con colores pastel, como la cocina o la mesa para hacer reuniones con amigos y peluches, son colores que contrastan enormemente con el resto de paredes y dan muchísima vida.
Sin duda una habitación que ha sabido aprovechar al máximo el potencial de los grises. Un ejemplo que nos permite ver que usando con mesura, y apostando por tonos claros, podemos crear ambientes tan interesantes como este.
Imágenes vía: studioelwa