El perfecto uso del color se plasma en esta habitación infantil neutra con pinceladas en tonos verdes. La imagen de Andy Warhol en los estores le da un aire muy divertido y juvenil a esta habitación.

Cuando una interiorista de la talla de Ghislaine Viñas se encuentra con unos clientes tan especiales como los propietarios de esta casa en Tribeca, surge un espacio tan ambicioso y colorista como este, donde la propia casa es una obra de arte en cada centimetro. El objetivo del proyectó consistió en rehabilitar un antiguo almacén de 1915 y convertirlo en el hogar de una familia con 3 hijos. En lugar de demolerlo por completo y reemplazarlo por una gran caja de cristal por todas partes, quisieron mantener su esencia hacia el exterior, conservando la fachada ya fundida con el entorno. Cuando entras, sin embargo, todo cambia, el color y el arte invaden los espacios con naturalidad. Pero no existen las casualidades, el resultado impecable también se basa en una relación de amistad y profesional entre la propia Ghislaine Viñas y la propietaria de la vivienda, Paige West, propietaria de la galería de arte «Mixed Greens». Es un claro ejemplo de lo que entendemos por sinergia.

En la habitación de los niños hay un gran mural de Mark Mulroney, artista representado por la galería de arte de su madre

Esta foto no es de un ambiente infantil propiamente dicho, pero la lámpara es tan impactante que creo que os gustará verla

¿Has visto la iluminación del baño en forma de nube? Y en la alfombra verde del salón unas ovejitas-taburetes  de Hanns-Peter Krafft ¡me parece espectacular!

Podríamos seguir y seguir, porque 6 plantas de casa y 1.440 metros cuadrados dan mucho de si, pero aquí teneis el link para visitar el resto de la casa en la página de Interior Design, de donde hemos recabado la información.

Vía: Chic Tip