Las paredes oscuras en los dormitorios infantiles siguen dando un poco de miedo, cuando lo cierto es que son un recurso estilístico que cuenta con muchísimas ventajas. Sí, alguna desventaja también, pero para eso estamos, para intentar poner en una balanza los pros y contras de cada decisión decorativa que queramos tomar. Las paredes oscuras pueden dar juego a las habitaciones infantiles. Es más, ni las de color negro están prohibidas para un dormitorio de bebé. Lo importante, ante todo, es saber usar este recurso y crear así una atmósfera equilibrada, alegre y que se convierta en el lugar ideal para que los niños puedan relajarse, divertirse y crecer.

Las paredes oscuras intensifican la iluminación

Se dice que los colores oscuros, sobre todo el negro, hacen las estancias más oscuras. No es del todo cierto. La verdad es que dependiendo de la iluminación que tengamos en el dormitorio creará un efecto u otro; y es que colores como el negro en las paredes infantiles pueden intensificar la iluminación natural, aunque claro, para ello tenemos que tener una habitación con una potente iluminación natural.

Si tienes una ventana grande o varias pequeñas que dan bastante luz, adelante, puedes experimentar sin problemas con estos colores. Ahora bien, para resaltar el contraste y no hacer que la habitación se nos caiga encima visualmente, es recomendable usarlo en pocas paredes, una o dos como mucho, dejando el resto en blanco igual que el techo. Así los rayos de luz rebotarán haciendo que se proyecte muchísimo mejor.

El negro amplía espacios

También hemos escuchado infinidad de veces que los colores oscuros como el negro empequeñecen. Sí y no. Al pintar una pared de negro, se crea una ilusión óptica en la que se pierden con facilidad las esquinas. Esto hace que los espacios se ven más grandes. Como en el caso anterior, es importante que tengamos una luz natural potente.

Los colores como el negro combinan con todo

Otra de las ventajas es que el negro va a combinar con todo. Los grises también. Son colores neutrales y pueden quedar bien con cualquier otro color y cualquier otro material, desde muebles blancos hasta muebles en madera. Es más, una de las herramientas que podemos usar en las habitaciones infantiles es mezclar el negro de las paredes con mucho color.

Los muebles pueden ser coloridos, como un cabecero de cama de forja en color neón. Podemos introducir rojos y naranjas a través de textiles o de los propios juguetes. Quitarán frialdad al negro y crearán un excelente contraste entre este y el blanco.

Crear una pared negra y cubrirla con libros de mil colores puede ser, además una opción interesante para conseguir una pequeña biblioteca para nuestros hijos.

La pintura pizarra

La pintura pizarra es ideal para crear una pared negra (también hay en verde oscuro y otros colores) en la habitación infantil. Como comentábamos antes, podemos pintar toda una pared, o bien crear pequeñas composiciones con formas, por ejemplo pintando la silueta de una casa.

La gran desventaja de los colores oscuros

No todo es bueno. Como comentábamos, los colores oscuros como el negro tienen que tener unas condiciones especiales para ser usados. Las habitaciones con pocas horas de luz al día o aquellas que son interiores y que directamente tienen una luz tenue, no son buenas candidatas. Pintar estos espacios puede hacer que se vean mucho más pequeños y oscuros de lo que son. En estos casos, definitivamente tendremos que apostar por colores que den más luz y que potencien aún más la entrada de la luz natural, aunque la mejor opción para estos casos es el blanco.

Imágenes vía:  momooze, petitandsmall