Aunque siempre que empezamos el proyecto decorativo de una habitación infantil lo hacemos con amor, no siempre nos fijamos en todo. Hay errores que se cometen de forma frecuente y que, seguramente, no nos hemos parado a identificar hasta que ya tenemos toda la habitación completamente montada. Hoy vamos a fijarnos en los errores más comunes y vamos a ver cómo podemos solucionarlo para que nuestros peques tengan una habitación perfecta.

No favorecer el juego

Sí, en un dormitorio tienen que descansar. Esto está claro. No obstante, si no tenemos un cuarto de juegos, nuestros hijos van a querer jugar en su habitación. Por este motivo, tenemos que fijarnos muy bien en todos los muebles que colocamos, evitando que estos puedan ocupar un espacio excesivo dejándonos sin superficie para jugar.

Busca muebles versátiles que puedan moverse en un momento dado. Busca muebles que puedan ocultarse fácilmente y, ante todo, coloca estos muebles en la zona perimetral, cubriendo las paredes, para dejar el centro de la habitación completamente libre.

No proteger las paredes

Las paredes pueden ser un elemento complicado en esto de las habitaciones infantiles. Sí, por un lado somos conscientes de su potencial decorativo, pero lo cierto es que los peques muchas veces llevan un artista interno. Además, los golpes en esta estancia de la casa son más frecuentes de lo que querríamos. Esto hace que proteger nuestras paredes sea una prioridad ¿cómo hacerlo? Podemos usar un arrimadero, un zócalo a media altura o papel pintado lavable o vinílico. De esta forma, protegeremos gran parte de las paredes, por lo menos las zonas a las que ellos acceden fácilmente.

No crear una zona artística

Sí, ya hemos dicho que los niños son artistas por naturaleza. Van a querer expresarse, y aunque una mesa con sus sillas para que puedan dibujar está bien, siempre será más interesante y divertido para ellos contar con un gran mural. Paredes de pizarra o pizarras grandes siempre son bienvenidas en estos espacios infantiles.

No evitar los accidentes

Sí, ya sabemos que ningún padre quiere accidentes para sus hijos, pero hay veces que incluimos elementos que no son del todo seguro. Por ejemplo, las alfombras. Las alfombras pueden quedar preciosas en una habitación infantil, pero siempre debemos apostar por aquellas que no se arrugan ni se deslizan. Las alfombras más gruesas podrían servir, aunque las más recomendables para un entorno infantil serán las alfombras de vinilo que quedan completamente pegadas al suelo y se convierten en un espacio muy divertido para jugar.

No pensar en su altura

Los niños son pequeños. No cuentan con la misma altura que los adultos. Si queremos niños autónomos e independientes, es un error no colocar muebles a su medida. Pensad que ellos mismos pueden hacer tareas sencillas como escoger su ropa o coger sus libros para leer, pero esto sólo lo podrán hacer si incluimos mobiliario adaptado a su estatura. Esto lo defiende muchísimo la corriente Montessori; niños autónomos.

Acumular demasiados trastos

Ya sabemos que los pequeños cuentan con muchos juguetes. El juego, además, es vital para su desarrollo, pero el desorden no les favorece. Tener una habitación abarrotada de juguetes tampoco es positivo, por tanto, además de hacer limpieza cada cierto tiempo, donando aquellos juguetes que ya no se usen, es buena idea incorporar sistemas de almacenaje sencillos de usar por ellos, como baúles o cajones bajo la cama.

Abusar del color

Aunque incluir el color en un dormitorio infantil está bien, abusar de este colorido puede crear estancias demasiado estridentes que no inciten a relajarse. Si nuestro hijo es extremadamente nervioso, esto jugará en nuestra contra. Intenta apostar siempre por un entorno neutro e incorporar el color a través de los textiles. De esta forma, además, ahorraremos, pues los muebles durarán más, ya que los peques no se cansarán de ellos.

No hacer caso de sus gustos

Un error frecuente, sobre todo en niños que ya son un poco más grandes y tienen sus gustos propios, es no escucharlos. Tu hijo quiere tener una habitación a su gusto, al fin y al cabo es su espacio. Cuanto más a su gusto esté, más cómodos estarán en ella. Así pues, intenta escucharlos un poco y ceder en algunas de sus peticiones, aunque no lo hagas en todas, te agradecerán que incluyas esos elementos que tanto quieren. Además, esto hará que se involucren un poco más en el cuidado y mantenimiento de su espacio.

Ignorar su crecimiento

Ya sabemos que queremos que nuestros hijos no crezcan, pero lo cierto es que lo hacen y muy rápido. Aunque no es un error fatal, no pensar en este crecimiento, sobre todo en los primeros años cuando el cambio es tan evidente, puede costarnos bastante dinero. En la medida de lo posible, apuesta por muebles que puedan usarse en habitaciones futuras, como cunas que se convierten en camas o cambiadores que se transforman en una cómoda para que ellos mismos puedan guardar sus objetos.

Imágenes vía: Milka, bohodechic, bloggaibagis, menudoscuadros, kidsinteriorfractalestudioarquitectura, smallable,