El David Citadel Hotel de Jerusalén, posee uno de esos espacios que manifiestan la importancia de tener también a los niños presente. Sí, el Kids Club de este hotel deja claro que los niños son igualmente clientes, además bastante importantes. De esta forma, presenta una experiencia idílica, abordando sus necesidades individuales a través de un diseño completamente inteligente de los espacios de actividad. Los encargados de este maravilloso rincón infantil son el estudio Sarit Shani Hay, que ha logrado crear un caprichoso rincón que se alinea perfectamente con la creencia de que un entorno espacial puede tener un gran impacto en el bienestar y desarrollo del niño.
Un trabajo de ampliación
Este Kids Club ya estaba construido, por el mismo estudio además. No obstante, el diseño de hace 10 años necesitaba una actualización. Ahora, se ha dedicado todo un piso del hotel para los huéspedes infantiles.
Entre otras cosas, se ha dividido el espacio para dos grupos diferenciados de edad. La paleta de colores es uniforme, las texturas suaves y los acabados buscan la madera orgánica para poder crear un lenguaje unificado en ambos espacios, algo que da sensación de calma.
Una característica adicional que permite una estructura completamente fluida es la puerta de ojo de cerradura lúdica. Una puerta que da la bienvenida a los peques para ejercitar todas sus curiosidades.
Diseño icónico
Hay que destacar que el diseño del Kids Club responde a un diseño modernista combinado con motivos tradicionales de la Ciudad Vieja. Un claro homenaje, además, al patrimonio único de la ciudad. El estudio ha presentado especial atención a las características del propio hotel, que fue proyectado en 1998 por Moshe Safdie. De esta forma, destacan una serie de rincones arqueados para reflejar los arcos icónicos del hotel y la ciudad.
El león, emblema de Jerusalén, es un tema muy recurrente en este espacio, que rinde homenaje a través de su iconografía lúdica. Los puntos de referencia del tamaño de un niño, el molino de viento Montefiore o el mercado Machane Yehua, establecen también conexiones experimentales invitando a la identidad de la ciudad a esta sala de juego.
Cubrir necesidades de los niños
Prioridad absoluta era la de establecer un equilibrio entre el espacio activo e íntimo, algo que contribuye al éxito del diseño, ya que permite que los más pequeños puedan formar sus propias experiencias seleccionando actividades que se adaptan a sus necesidades.
Los niños más pequeños pueden disfrutar ahora de una variedad de estaciones de actividades, de lugares de juego con muebles adaptados en color blanco y asientos inclusivos para poder jugar o bien individualmente o bien en grupo.
Para los niños más mayores tenemos mesas de billar, un área de fútbol y una sala multimedia con computadoras, videojuegos y un proyector.
No dejan de lado el juego tradicional, a través de bloques de madera que aparecen como motivo en todo el club en proporciones mixtas, como muebles y juguetes hechos a mano. Los pequeños podrán construir su pequeña Jerusalén usando los bloques más pequeños, con muebles de bloques más grandes podrán, además, poblar el espacio.
El lenguaje de los niños
El Kids Club utiliza el lenguaje de diseño centrándose en los niños, invitando a los más pequeños a conocer la ciudad y su arquitectura. Al mismo tiempo, fomenta un ambiente familiar y armonioso en el que todos pueden estar juntos, inspirándose en los interiores del resto de hotel. Este espacio es, sin lugar a dudas, el mejor de los retiros para los niños. Una muestra inequívoca de que los niños forman parte de los clientes vip del hotel al darles un hogar único lejos de su propio hogar.