¿Cuántas veces hemos deseado tener una casa de árbol? Seguro que cuando éramos niños, más de uno de nosotros soñaba con esta idea. Lo cierto es que vivir en la ciudad tiene sus ventajas, pero cuando eres niño, quizá prefieras las ventajas que te daría una casa con jardín. Si no puedes tener una casa de árbol en tu porche, quizá sí puedas colocar una casa de ese tipo en la habitación infantil. Fíjate en la decoración de esta habitación infantil y verás que todo es posible.
Una litera diferente
El secreto del éxito de este dormitorio infantil es su litera; y es que se ha optado por colocar una litera con una casita en la parte superior. Una casita de madera, como las que veríamos en un árbol. Una casita que cuenta con unas escaleras cómodas y seguras para subir y que, además, permite que el dormitorio pueda ser compartido, al dejar espacio para alojar una cama en la parte inferior.
Es una solución ideal incluso en las estancias pequeñas; y es que si nos fijamos en esta en concreto, no es que sea un dormitorio infantil con muchísimos metros.
Más bien alargado, se ha aprovechado muy bien el espacio al colocar esta litera dejando la parte inferior mucho más libre visualmente. Además, si los niños traen invitados, se puede añadir también una cama nido en la parte inferior de la cama de abajo.
La elección del papel pintado infantil
Por sí sola, esta cama ya sería suficiente para trasladarnos a un lugar de ensueño, pero es que además han optado por una elección de papel de lo más interesante. Se trata de un papel pintado infantil con motivos vegetales. Un fondo verde que nos traslada a la copa de un árbol y un montón de arbolitos en blanco y verde que nos sitúan muchísimo más. Sin duda un acierto que, además, no resta luz al tener elementos blancos y unirse al resto de mobiliario neutro.
Un armario para dar color y luz
Una habitación infantil necesita almacenaje, más cuando es compartida. En este caso, aunque la estancia, como podemos ver, no es demasiado grande. Se ha optado por un armario jugando mucho con los colores.
En la parte inferior se añade un rosa pastel que contrasta con la parte blanca que cubre la mayor parte de la superficie. Un blanco que potencia la luz natural que entra por la ventana y que amplia visualmente la estancia.
Espacio de juego
Para terminar, hay que señalar que las paredes de este dormitorio se aprovechan muy bien para arrinconar varias zonas de juego. Por un lado, tenemos la parte de la biblioteca. Una librería infantil tipo Montessori que añade más color con las portadas de los libros.
Por otro lado, tenemos nuestra parte favorita. Un clásico ya en todas las habitaciones infantiles. La cocina de madera. Un juego que hace que los pequeños puedan simular escenas cotidianas y que, además, no podemos negar que es realmente estético.
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