Si hay algo que ilusiona a los futuros padres, sobre todo los padres primerizos, es preparar la habitación del bebé. Es una de las cosas más emocionantes, sí, no obstante, puede ser una tarea de estrés y cansancio extra para las futuras mamás, por lo que conviene tener controlado los tiempos para saber cuándo preparar la habitación del bebé. Te hablamos un poco sobre plazos, tiempos así como sobre básicos para que esta preparación sea lo más sencilla y rápida posible.

¿Cuándo empiezo a preparar la habitación del bebé?

Es un tema un poco complicado, la verdad, pues lo cierto es que muchos padres no quieren empezar con los preparativos de la habitación del bebé hasta que el embarazo está un poco más avanzado, por miedo quizá a problemas durante los primeros meses. No obstante, es cierto que prendas de ropa y detalles pueden llegarnos desde el primer día de confirmación. Incluso nosotros mismo podemos tener la necesidad de comprar algo completo.

Aún así, normalmente las parejas no empiezan con los preparativos de la habitación del bebé hasta la semana 20, coincidiendo aproximadamente con la revelación del sexo del bebé. Parece que para muchos, saber si es niño o niña es determinante para seguir con los pasos. No obstante, es cierto que en los últimos años, con esto de las habitaciones del bebé unisex no tiene tanta importancia. De esta forma, esperar hasta la semana 20 no sería más que una espera por prudencia.

Sea como sea, a partir del segundo trimestre sería un buen momento para ponernos manos a la obra y empezar a elegir, pedir muebles, reparar la habitación o pintar. Tened en cuenta que más tarde la madre podría estar ya mucho más pesada y que cualquier mínimo esfuerzo podría requerir demasiada energía extra.

Si empiezas más tarde, no te preocupes, es posible que los primeros meses el bebé pase durmiendo en tu habitación más tiempo del que crees. Es posible, por tanto, terminar de decorar la habitación incluso cuando nos hemos asentado ya en casa con él.

¿Cuánto se tarda en preparar la habitación del bebé?

En general, la mayoría de las parejas tardan menos de dos semanas en tener la habitación lista. No obstante, todo dependerá de lo que queramos hacer. No es lo mismo tener que empezar de cero que partir ya con unos básicos del hermano mayor, por ejemplo.

Lo importante, ante todo es que tengamos una organización clara. Si estamos bien organizados y tenemos claro nuestros objetivos, todo irá más rápido. Para ello, es muy recomendable hacer una lista inicial de lo que necesitamos.

Haz una lista para preparar la habitación del bebé

En esta lista tendremos que anotar aspectos clave como los muebles: cuna, cambiador, armario, cómoda, silla de lactancia, cómoda etc. Además, por otro lado, podemos incluir elementos que necesitemos para restaurar o arreglar el espacio, como pintura, suelo de vinilo etc.

Establece tu presupuesto

Establece siempre el presupuesto que quieres gastarte; y es que en el mundo de la decoración infantil hay un sinfín de opciones que nos van a encantar. Si no tenemos presupuesto fijo, seguramente gastaremos mucho más de lo que deberíamos.

Puedes también reutilizar muebles viejos del dormitorio de tus otros hijos o incluso algunos de la casa para ahorrar un poco de dinero.

Establecer temas y colores

Si hemos sido listos, seguramente optaremos por muebles de base neutra para poder aportar un poco de color a través de pequeños toques en paredes, textiles y juguetes. Muebles en blanco o en madera siempre son bienvenidos. Ahora bien ¿cómo escogemos el resto de colores?

Los colores neutros en paredes y suelos pueden ser interesantes. Dan sensación de calma y también amplitud y luminosidad a las estancias. En estos colores encontramos los blancos, pero también el gris claro o los colores tierra. Podemos usar estos tonos para las grandes superficies y complementar con colores más vivos los textiles y pequeños puntos focales.

Muchos aseguran que los colores más propicios para un dormitorio infantil son los verdes y azules. Son colores que aportan mucha paz. El verde, por ejemplo, color de la naturaleza, ayuda a los pequeños a estar más tranquilos. Por su parte, el azul relaja enormemente y disminuye muchísimo la estimulación, algo esencial para descansar mejor. Eso sí, recuerda que es la habitación del bebé y que casi mejor optar por las tonalidades más claras. Aunque siempre se puede añadir un tono más oscuro de contraste como nota de acento.

El rosa, por su parte, es también un color muy calmante. Aunque como comentábamos, los tonos rosa y azul cada vez se emplean menos, dejando paso a tonalidades mucho más unisex como el gris o incluso el amarillo, que promueve la motivación. En este punto, el del amarillo, recordemos lo de antes, mejor un tonos amarillo pastel que un tono amarillo mostaza.

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