Nos encantan las cunas y siempre os traemos los modelos más bonitos y estéticos para vuestras habitaciones infantiles. También los más seguros, que esa es la prioridad absoluta de cualquier padre. Ahora bien, ¿qué hay del colchón? ¿cómo debe ser el colchón para un bebé? ¿cómo podemos elegir el colchón de una cuna? Si estamos esperando a un nuevo miembro en la familia, seguramente es algo que nos habremos planteado. Quizá no, porque muchas cunas incorporan el colchón. No obstante, sí es algo, en todo caso, que deberíamos tener en cuenta y estudiar; y es que no todos los colchones tienen la misma calidad ni van a ser igualmente válidos para nuestro peque, aunque luego pongamos la mejor ropa de cama del mundo.
Cuáles son las características principales del colchón perfecto para bebé
Lo primero que tenemos que valorar en los colchones para bebés es su nivel de firmeza. Este nivel debe ser medio-alto. Además, debe poder repartir el peso (que sí, ya sabemos que no es mucho) de forma uniforme sobre la superficie, así como amoldarse a la morfología del cuerpo de nuestro bebé para poder evitar que ejerza presión sobre su cabecita.
Es también muy recomendable que el colchón que escojamos tenga una cámara de aire interior. ¿Por qué? Porque esta cámara interior de aire podría permitir respirar al bebé incluso boca abajo. Ya sabemos que los bebés deben dormir boca arriba para evitar la muerte súbita, pero cuando se giran por sí solos, podrían darse la vuelta y esto sería un plus en seguridad para ellos.
Otro tema interesante es el nivel de transpirabilidad. En el caso de los colchones para bebés, debe ser muy alto para poder evitar la humedad y los ácaros.
Apostad también por los colchones hipoalergénicos, es decir, esos colchones de bebé que cuentan con una capa de protección total higiénica que actuará como una barrera contra bacterias, hongos y ácaros.
El tamaño debe amoldarse completamente al tamaño de la cuna. No tenemos que dejar huecos en los lados, pues esto es, como podemos imaginar, bastante peligroso. Además, el grosor debería ser entre 12 y 15 cm para poder aguantar bien el peso del bebé a medida que va creciendo.
Ante todo, y esto sí hay que marcarlo, el colchón que escojamos siempre deberá estar certificado.
Composición del colchón
¿Y qué hay de la composición? Lo cierto es que, como en el resto de colchones, hay un sinfín de opciones. Desde muelles, espuma o látex. Los de látex son los más naturales y cuentan con mayor capacidad de ventilación. Los de viscoelástica, además, serían los más ergonómicos.
En el caso de los colchones de muelles, son los más firmes, algo que interesa enormemente en el descanso de un recién nacido porque apenas pesa. Asimismo, la opción más económica sería la de espuma.
Colchones con protector
Una de las partes más importantes a la hora de configurar la cuna de nuestro peque es mantener siempre en buenas condiciones el colchón. Los protectores de colchón para cuna son un elemento también importante. Estos protectores impermeables asegurarán la higiene del colchón, evitando que se mojen y consiguiendo que con el paso del tiempo sigan manteniendo todas sus características como el primer día.
Certificado de seguridad
Comentábamos al principio que debería ser obligado que todos los colchones que nos planteáramos contaran con certificado de seguridad OEKO-TEX clase 1, que es el certificado apto para bebés. De esta forma, independientemente de sus características, sabremos que su piel y mucosas estarán completamente protegidas porque hay muchísimos menos riesgos de inhalación de compuestos tóxicos y metales pesados, algo que podría estar presente en otros modelos sin certificado.
Cómo puede ser el mejor colchón para una cuna
Teniendo en cuenta todo esto, podemos crear en nuestra mente la imagen del colchón perfecto para nuestro hijo. Este colchón debería tener, como mínimo, los siguientes componentes.
Por un lado, debería tener un núcleo, en diferentes materiales, que es la parte más importante. Este núcleo es el que le confiere al colchón la firmeza y también la durabilidad.
También debería contar con laterales que son los que proporcionan el marco de seguridad. Son los que aportan la resistencia al colchón.
La parte del acolchado será la encargada de proporcionar el confrot al colchón, por lo que el material de acolchado debe ser el más cómodo posible.
Por otro lado, también es importante las fundas de colchón, como hemos visto. Los tejidos de los que estén hechos deben ser transpirables e hipoalergénicos. Así, podemos encontrarnos básicamente con dos tipos:
Fundas de tejido Strech: este tejido está confeccionado con telas entrelazadas con fibras muy elásticas. Se trata de un tejido muy transpirable que ayuda enormemente a proteger de la acción de los ácaros y las bacterias que se pueden acumular.
Fundas de tejido Tencel: este tejido está confeccionado con fibra 100% natural, de origen vegetal y obtenida de forma completamente ecológica. Estas fundas son estupendas para las pieles más sensibles, como las de nuestros peques. Podemos decir que actúan como una segunda piel, regulando así la temperatura corporal y manteniendo un gran equilibrio hídrico. Asimismo, también inhibe el crecimiento de las bacterias o de los ácaros de forma natural.
Con toda esta información, ya podemos tener una idea de qué claves tenemos que observar para escoger el mejor colchón de cuna para nuestros hijos.
Imágenes vía: Thelittleclub