Hoy os traemos un maravilloso ejemplo de habitación compartida muy diferente a otras que hemos visto anteriormente. La particularidad aquí está, principalmente, en el uso del papel pintado, que siguiendo un mismo hilo temático, crea dos espacios diferenciados. No obstante, veremos también que la disposición y orientación de la estancia ayuda a esa diferenciación.

Composición de la estancia

Viendo el plano de planta, podemos observar que aunque se podría haber colocado las dos camas en paralelo, se decide crear una composición completamente diferente. Una cama apoyada en una pared y enfrentada a la otra que está colocada de forma perpendicular. ¿Qué se consigue? Una sensación de separación visual. Los niños no duermen en la misma posición, por lo que tendrán una sensación de espacio individual aunque estén en la misma estancia y muy cerca.

La clave del papel pintado

Si bien es cierto que la disposición de las camas ayuda a crear esta falsa sensación de aislamiento, el papel pintado es quizá el recurso que más ayuda en este aspecto. Si nos fijamos, se trata de un papel pintado diferente en ambas zonas. No obstante, sigue la misma temática: paisajes tropicales.

Con una temática igual, pero cambiando los colores e incluso los elementos decorativos, reforzamos esa sensación de dos espacios diferenciados y aislados. Todo ello, además, en una estancia que no es extremadamente grande.

Un espacio común

Para terminar, podemos ver el resto de la estancia, en la que se crea un espacio común con otro papel pintado igualmente tropical.

Un mueble bajo, una televisión y una estantería para colocar algunos juguetes. Una alfombra central con una mesa y unas sillas y dos grandes sillones para disfrutar de los dibujos. Sin duda, una habitación compartida en la que los niños podrían tener su propio rincón sin prescindir de la vida en común y la convivencia.

Imágenes y proyecto: mamka.moscow