Hoy os acerco uno de esos proyectos que te dejan con la boca abierta. Está ejecutado por Emmanuelle Moreaux, y se trata de una preciosa guardería inundada de colores. Un lugar de lo más estimulante en el que los niños pueden dejar volar su imaginación.

El color como hilo conductor

El nombre del jardín de infancia es Creche Ropponmatsu, y se ubica en una zona residencial de la ciudad de Fukuoka, Japón. Emmanuelle Moreaux ha sido el encargado de este loco y divertido proyecto. Un resultado increíble que cuenta con el sello indiscutible de Moreaux; y es que sólo hace falta meterse en su página web (emmanuellemoureaux.com) para ver que el resto de sus trabajos siempre están llenos de color y formas imposibles.

A Emmanuelle Moreaux no le da miedo tirar de colores para sus creaciones. Así, la mayoría de proyectos tienen esa diversidad cromática, que, por otro lado, me parece de lo más acertada dentro del mundo infantil.

 Colores y elementos tridimensionales

Moreaux fue el encargado de diseñar la arquitectura, el espacio interior, los logotipos y la señalización gráfica de este mágico lugar. Está claro que, como idea básica, pretendía que los colores se sintieran en cualquiera de los rincones del edificio. Sin duda lo ha conseguido.

En la fachada se utilizaron 22 colores en 63 árboles multicolores de unos 4 m de altura. Esas ramas se extienden grácilmente de una forma que parecen envolver al edificio, resguardándolos de un exterior con menos variedad cromática.

El propio Moreaux explicó que utilizó los colores como elementos tridimensionales, como capas. De esta forma podía crear espacios y no usarlos como un toque final sobre una superficie. Así, todo gira en torno a ellos.

En la propia sala en la que los niños juegan, hay 200 cajas con 25 colores diferentes que se alinean en la pared. Cada niño cuenta con su propia caja, en la que pueden almacenar sus objetos personales. Unas taquillas muy originales que, sin duda, encantan a los más peques.

La escalera encargada de conectar las 4 plantas también está llena de color, concretamente 18 tonalidades diferentes. Esto hace que, tanto en el exterior, como en el interior o en las zonas de tránsito, los niños estén rodeados de esta diversidad ¿Positivo? Muchísimo. A esa edad tan temprana, la estimulación con formas y colores es esencial. Esta guardería, sin lugar a dudas, cumple con el objetivo; y es que hay especialistas que aseguran que el color ayuda a desarrollar la sensibilidad y la individualidad de los niños.

Detalles en el logotipo

Los árboles de colores que observamos en la fachada, han sido incorporados también en el propio logotipo del jardín de infancia. Un punto positivo más. Este logotipo también se emplea en los uniformes de los pequeños e incluso en el autobús. Sin duda, logra crear una unidad perfecta.

Sí, está en Japón. Pero eso no impide que podamos apreciar la importancia que tienen los espacios divertidos para nuestros hijos. Guarderías que estimulan y que se alejan, por completo, de un aula fría y sin personalidad.

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