Hay habitaciones infantiles que desprenden una magia absoluta. Interiores que están perfectamente diseñados hasta el más mínimo detalle y que nos inspiran muchísimo. Hoy queremos acercaros un trabajo de Beatriz Quintelano, un dormitorio infantil en tonos rosa que además de funcionalidad añade diversión y calidez, incluso macramé, sí, macramé. No te pierdas las imágenes de este impresionante trabajo.

Una paleta de color suave

Como siempre, nos gusta destacar la paleta de color de las estancias infantiles. En este caso, el suelo es potente, con una de esas maderas subidas de tono. Por este motivo, nos parece un acierto enorme respetar las paredes blancas añadiendo la nota de color a través de un rosa pastel y de otra madera mucho más clara. Una combinación equilibrada que consigue atraer las miradas y que logra que el elemento principal, esta súper cama doble con tobogán, no sea excesivo en el espacio.

Una composición divertida

Sin duda, la gran protagonista de este dormitorio es la cama. Una cama que cuenta con dos zonas, la superior y la inferior. Una cama doble, con dos colchones, que puede servir como espacio para organizar una fiesta de pijamas o reservar una de las dos alturas para zona de juego.

Las escaleras nos parecen muy interesantes, pues no son unas escaleras al uso. Una torre que encajona una de las camas y que da cierta seguridad al ascenso. Aunque lo divertido de esta cama es, sin lugar a dudas, el descenso; y es que no todos los días podemos ver un tobogán en un dormitorio infantil.

Escritorio y zona de lectura

La cara B de este dormitorio es la zona de trabajo. Un escritorio doble que se ve arropado por una pared con paneles agujereados. Estos paneles son realmente prácticos y no es la primera (ni la última) vez que los vemos. Su versatilidad reside en que esos agujeros pueden alojar diferentes estantes, pudiendo añadir o quitar dependiendo de la capacidad que necesitemos en cada momento.

El rosa siempre presente con esos toques de acento en azul, y esa madera clara, que aporta calidez al espacio.

No gusta muchísimo, también, el espacio reservado a la lectura. Siempre decimos que el mejor lugar para imaginar es aquel en el que los niños pueden leer cómodamente. En este dormitorio hay muchos espacios para hacerlo, pero ese rincón lleno de cojines nos parece uno de los más bonitos.

Un trabajo excelente que estamos seguros va a inspiraros a todos muchísimo.