No cabe duda de que el tránsito de bebé a niño es una de las etapas más importantes. Para ayudarle a crecer y a hacerse más independiente, su dormitorio debe crecer con él. Hoy os vamos a mostrar el coqueto dormitorio de Evie tras el lavado de cara que le hizo su madre aprovechando que a la niña le tocaba hacer la transición de la cuna a la cama. El resultado ha sido una habitación más neutral y femenina, con un dulce toque infantil pero sin resultar del estilo de un cuarto de bebé.
Siempre hemos compartido la opinión de que las habitaciones infantiles no tienen por qué estar llenas ni de colores llamativos ni recargadas de adornos. Los niños son como esponjas que lo absorben todo y se puede crear un entorno que les estimule de muchas maneras. Un claro ejemplo de esto es el caso de la habitación de Evie, donde para eliminar ese aire de cuarto de bebé y conseguir un dormitorio de estilo neutro se lacó el pavimento de madera maciza de color blanco y se combinó con las paredes que también son blancas (excepto una que goza de más presencia gracias al papel pintado de rombos de Ferm Living). Con un toque tan sencillo y sutil como este, se le dio el protagonismo ornamental a los juguetes, libros y almohadones de la pequeña.
Al ser la habitación de una niña, el toque femenino se lo han dado utilizando una tonalidad de colores empolvados y blancos que, junto con las presencia de los juguetes como la casita o las propias muñequitas, se adaptan a la perfección con la personalidad de Evie.
Desde aquí os animamos a que seáis valientes y deis un toque más maduro a la habitación de vuestras hijas cuando estas empiecen a crecer.
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