Estamos seguras de que pocos serán los que no conozcan ya a la famosa Marie Kondo. Una autora, empresaria y consultora de organización japonesa. Llegó a nuestras vidas para organizar nuestras casas, y hacernos ver que amontonábamos y guardábamos cosas que simplemente no teníamos necesidad de guardar. Una visión muy particular de cómo organizar y ordenar la casa que podemos poner en práctica también con nuestros hijos. Te damos una serie de normas que Marie Kondo utiliza con sus propias hijas. Normas que te permitirán tener más armonía en casa y hacer que todos ayuden con esto del orden.

Primera norma: no ser exigente hasta el extremo

Sí, ya sabemos que las ideas de Marie Kondo pueden resultar un poco (bastante) drásticas. No obstante, incluso ella misma se ablanda cuando se trata de los peques. Marie tiene dos niñas, y sabe lo que es una casa con esos pequeños terremotos. Para ella, aunque el orden es esencial, también lo es la flexibilidad. Tenemos que intentar aprender que con los niños es prácticamente imposible tener la casa 100% ordenada. No hay que sentir culpabilidad porque tengamos un poco de caos. Ahora bien, tampoco dejemos que ese caos se apodere por completo de la casa.

Segunda norma: intenta ser didáctico

Sabemos que los niños aprenden en muchas ocasiones por imitación. Les gusta jugar a ser mayores. De esta forma, si usamos la pedagogía, podremos inculcarles el orden sin drama alguno. A medida que limpias y ordenas, puedes ir explicando a los pequeños lo que estás haciendo. Seguro que si lo haces de una forma amable, sin imponer, ellos mismos sentirán curiosidad y querrán ponerse manos a la obra con su propia habitación. La armonía en el discurso, el respeto y las palabras adecuadas.

Tercera norma: no dejes nunca de sonreír

Parece más una frase de motivacional que otra cosa, pero es cierto. El buen humor acompaña. No te enfrentes a las tareas de limpieza y orden con mala cara. No dejes que tu hijo te vea enfadado o de mal humor mientras organizas las cosas en casa. De esta forma, no podrán asociar estas tareas del hogar con algo negativo, todo lo contrario. Pon música, ríe y diviértete con ellos.

Cuarta norma: ordenar y jugar pueden combinarse

Sí, como lo lees, puedes hacer de estas tareas de orden un juego. Ya sabemos que los peques, ante todo, quieren divertirse. Para que tus hijos incorporen las rutinas diarias en casa debe despertar su curiosidad y hacerlo de una forma atractiva. Puedes crear juegos que estén unidos con el orden. Según Marie Kondo, esto se puede empezar a hacer en cuanto los peques empiezan a andar, de forma muy sencilla y con tareas nada complicadas. Recoger sus juguetes puede ser divertido si le das un giro drástico al asunto. Intenta, además, encontrar espacios de almacenaje divertidos, como puedan ser baúles o cestos.

Quinta norma: buscar el mejor lugar para los juguetes

Al hilo de lo anterior, una de las mejores opciones a la hora de transmitir la importancia del orden a los niños, es precisamente encontrar el mejor lugar para los juguetes. Ten en cuenta que con niños, juguetes hay muchos. Intenta que la zona de almacenaje sea accesible para tu hijo. Si los dejas en un armario cerrado o en un cajón alto o estantería, seguramente perderán el interés por aprender a guardarlos. Hay incluso cajones con ruedas que pueden ser divertidos para ir arrastrándolos por toda la casa. Sí, podrá jugar en toda la casa, siempre y cuando luego los recoja correctamente.

Sexta norma: pon límites a las pertenencias de tus peques

Aquí nos encontramos con la Marie Kondo que ya conocemos. Sí, tener hijos es un caos. Sí, tienen muchos juguetes y cosas de niños. No obstante, si encontramos un lugar adecuado para guardar todos los juguetes, veremos como el espacio aumenta para poder colocar cosas prácticas como toallitas o pañales. Tienes que tener en cuenta que el espacio es limitado, si no te olvidas de eso, lograrás que tu casa no se vea superada por las pertenencias de tus hijos.

Séptima norma: nunca pierdas la paciencia

Tratar con niños es complicado, lo sabemos nosotros y también Marie Kondo. Es necesario ser flexible con los peques, sabiendo que muchos días estarán en plan rebelde y no querrán ordenar. En vez de gritar o reñir, intenta las cosas por las buenas. Si ves que es uno de esos días en los que no hay opción al diálogo, no te frustres, no pierdas el tiempo en ir tras ellos. Espera simplemente a que se acuesten y ordena tú mismo las cosas. No te costará demasiado si sabes que cada cosa tiene su sitio, además, mañana será siempre otro día para intentar que hagan las cosas correctamente.

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