De vez en cuando nos gusta acercaros ambientes que nada tienen que ver con habitaciones infantiles, por lo menos en un principio; y es que hay espacios que podrían inspirarnos a la hora de tomar materiales, combinaciones de colores y soluciones para rincones especiales. Hoy nos fijamos en Milk Train, uno de esos lugares a los que todos nos gustaría ir. De la mano de FormRoom, este negocio se perfiló como un espacio inmersivo para atener a la gran variedad de grupos demográficos que impulsaron esta marca a través de Instagram en 2018. Un trabajo que se apoyaba en tres conceptos básicos: surrealismo, intemporalidad, estilo británico y un lugar inmersivo. El resultado, como podemos ver en las imágenes, no podría ser más maravilloso.

Materializar los sueños

De eso se trataba, se trataba de crear un paisaje único y onírico que pudiera transmitir lo que Milk Train suscitaba en su público objetivo. Para ello, desde Form Room se decidió usar una paleta monocromática en la mayor parte de los rincones. Se intentaba, además, hacer un guiño nada más y nada menos que al movimiento Art Deco, popularizado entre las estaciones de tren tradicionales. Lo cierto es que al ver este espacio es difícil no verse sumergido en una auténtica estación de tren de otra época.

Este espacio sería conocido como Covent Garden, y a partir de ese momento el diseño de este lugar definiría el diseño del resto de lugares futuros que pudiera inaugurar la marca. El resultado ha sido tan impresionante que la respuesta del público fue inmediata. Este lugar recibió el premio al “Mejor diseño experiencial” en The Drum Awards 2019.

Varios retos en el proyecto

Este proyecto tenía muchísimos retos. Para empezar, el mayor desafío de Milk Train era encontrar un equilibrio entre lo intemporal y lo inmersivo. Covent Garden era su primer espacio físico, por tanto, el diseño tenía que ser único, pero también intercambiable y aplicable al resto de estaciones.

El objetivo principal era crear un espacio que se pudiera adaptar a todas las tendencias sin desviarse de los productos que se comercializan en el interior, helados de ensueño.

Además, hay que tener en cuenta que estamos ante una marca que suscita muchísimo interés, entre eso y el producto que se comercializa, era necesario que el local tuviera una disposición que permitiera un gran volumen de clientes en poco tiempo. Un espacio que fuera agradable pero que limitara el tiempo de permanencia para que no fuera excesivo. El local cuenta con mesas para sentarse, sí, pero también con asientos para esperar o incluso para degustar de los productos con otro tipo de experiencia, como si estuviéramos esperando en una estación de tren.

Detalles que enamoran

Los detalles de este lugar que más nos llaman la atención son, entre otros, la sucesión de arcadas en los pasillos que se unen a la iluminación en forma de globo. Una solución que invoca al diseño intemporal del típico tren británico y que, al mismo tiempo, nos proporciona un lugar lúdico en el que poder pasar el rato con nuestra familia.

Sin duda alguna, una de las cosas más interesantes es el sistema de señalización y pedidos de la marca, que imita el de las plataformas de tren. También se puede destacar el techo, con una visión conceptual del vapor del tren.

En el exterior, observamos un vidrio opaco que incluye cuentas que imitan el vapor de una ventana de tren. Al mismo tiempo, los detalles de metal negro hacen un simpático guiño a estas ventanas junto con los números de los vagones.

 

+ Información del proyecto y fotos en: formroom