Es bueno preguntar a nuestros hijos por su color favorito. Gracias a esta pregunta podemos crear decoraciones adaptadas a sus gustos que, además, podrán aguantar más en el tiempo. Sí, si tu hijo se siente cómodo con la paleta de colores de su dormitorio, no necesitará que la renueves cada cierto tiempo. Entre estos colores puedes encontrar algunos que a priori te parezcan complicados. El verde, por ejemplo, podría resistirse, pero si lo pensamos bien es un color con muchísimas posibilidades.
Un color natural y tranquilo
El verde es un color que nos inspira. Un color que habla de naturaleza, de cosas frescas, pero también de tranquilidad y paz mental. Dentro de la psicología del color, el verde da equilibrio y armonía a las estancias, es muy calmante para los ojos. Sin duda es una suerte que nuestro hijo lo escoja, pues ya sabemos que el mundo de los peques suele ser bastante movidito.
El verde es, por tanto, un color ideal para usarlo en cualquier espacio para niños, sí, también en sus dormitorios. Nos gusta, además, que es considerado un color neutral, tanto para niños como para niñas, aunque al final eso no importa demasiado. Además, se puede usar con una gran variedad de otros tonos para crear un ambiente tranquilo y acogedor para los más pequeños de la familia. Es posible usarlo de muchas maneras, como en una pared, cuando es potente, o incluso en todas, si se trata de un verde más claro. Además, también es apto para los accesorios, dando pequeños toques de frescor a la habitación.
¿Qué tono de verde puedo escoger?
Entre los tonos de verde que puedes encontrar hay muchísimos. Los tonos verde con base amarilla, como el verde oliva o el verde lima, pueden aportar una sensación más cálida a las estancias. Por otro lado, los verdes con una base en azul, como el verde menta o el aguamarina, pueden ser más fríos. Observa cómo es la habitación de tu hijo y, ante todo, mira la luz natural con la que cuenta y el espacio.
En el caso de los verdes pálidos, puedes usarlos como un color neutro. Estos verdes más pálidos no apagan la luz, ni mucho menos. Dan iluminación, además de calma y paz al espacio. Son ideales para los niños de cualquier edad, pero sobre todo para los peques que van a la guardería, por eso verás que en muchas se usan este tipo de tonos. Son estupendos para combinarlos con madera cálida con colores naturales como el marrón o el ocre.
También puedes encontrar verdes súper brillantes. Estos verdes son estupendos para crear espacios dinámicos y vibrantes. Son tonos que se usan mucho en salas de juegos, pero también en dormitorios. Ahora bien, en el caso de que quieras usarlo en un dormitorio, mejor colocar también colores neutros y tonos madera en el suelo, los muebles y accesorios. Esto hará que el equilibrio se instaure y no tendremos una habitación saturada por el color.
Los verdes más oscuros son tonos con bastante dramatismo. Aún así, pueden hacer que una estancia se llene de elegancia y al mismo tiempo hacerla acogedora. Ahora bien, piensa que estos colores no son para todo el mundo. Puedes escoger uno pero para una pared puntual, llenar la habitación de un color tan fuerte podría ser contraproducente.
Si te da miedo pintar las paredes de verde, puedes optar por unas paredes neutras, en blanco o gris claro, y reservar una sola pared para ese verde más fuerte. También está la opción de pintar la mitad de las paredes, una técnica que hemos visto mucho durante los últimos años.
Combina el verde con madera y texturas naturales
Aunque no hay reglas para combinar el verde, lo cierto es que al ser el color de la naturaleza queda muy bien con muebles de madera, alfombras naturales, textiles y plantas. También puedes agregar blancos, tonos neutros o incluso verdes de otro tono para terminar de decorar esta estancia de la casa.
No creas que al usar verde limitas tu paleta de colores. Que quieras incluir verde en una estancia no significa que tengas que prescindir de otros tonos. Intenta agregar pequeños accesorios en rosa, azul, amarillo, rojo, negro o gris. Esto hará que la habitación esté mucho más viva.
Imágenes vía: petit & small