Aunque no seas amante de las obras artísticas, has de saber que las creaciones de este artista holandés son ideales para todo el mundo. Los niños alucinarán si llegan a ver en tamaño real sus muñecos gigantes, realizados con diversos materiales. Nunca resultan indiferentes, y suelen captar la atención de todo el mundo, ya que las expone en plena calle, en jardines, o incluso en el río. ¿Preparada para sorprenderte?
Hoy os presentaremos dos de sus últimas obras, igual de asombrosas que las anteriores. El HippoThames y el Moon Rabbit. Se encuentran muy alejados el uno del otro, y probablemente no te encuentres cerca, ya que uno está navegando por el Támesis y otro en una base naval en Taiwán, pero las fotos tampoco tienen desperdicio.
El HippoThames parece el típico hipopótamo medio sumergido, nadando en el Támesis, en pleno Londres. Ha sorprendido a londinenses y a turistas por igual. Está realizado en madera, con más de 21 metros de largo. Se ha construido sobre una balsa, y destacan los enormes ojos y la nariz y las orejas en color rosa. A los niños les encantarán las fotos, aunque sería increíble poder verlo en directo.
El conejito Moon Rabbit está en una base naval de Taiwán, tumbado cómodamente sobre un hangar que ya no se usa, mirando a la luna y a las estrellas. Es una imagen divertida, ya que parecen animales gigantes que han cobrado vida, y su aspecto siempre es muy gracioso. Este conejo mide más de 25 metros, y forma parte del evento Taoyuan Land Art Festival. Está fabricado con madera y con hojas de papel.
Florentijn Hofman es el rey de las esculturas gigantes, realizadas con diversos materiales. Ha creado desde un patito de goma colosal a un mono fabricado con sandalias flip-flops. La filosofía que sigue este artista es la de utilizar materiales y objetos cotidianos para despertar la curiosidad de los transeúntes. Utiliza figuras graciosas, que causan impacto y hacen reír a la gente que pasa.
Las reacciones del público son la parte más importante de su trabajo. Busca romper con la rutina diaria, al pasar por el mismo sitio y ver un muñeco gigante nadando o tumbado en el suelo. Los transeúntes se paran y hablan entre ellos, sorprendidos, por lo que su fin básico es aumentar la comunicación entre las personas y alegrarle el día a la gente. Unas obras que sin duda son dignas de ver y de disfrutar, sobre todo con niños. ¡No se creerán lo mucho que han crecido los conejos de peluche de su habitación!
+info: Florentijn Hofman