En este proyecto de Beatriz Quinelato podemos ver lo bien que queda la combinación: rosa, granate y blanco. Un excelente ejemplo, además, de habitación compartida en la que los detalles son importantes, como siempre sucede en los trabajos de esta mujer. Una fuente de inspiración en cuanto a paleta de color, pero también en distribución y aprovechamiento del espacio.

Uso del color a dos

El rosa y el granate son protagonistas, no obstante, pintar toda la habitación de rosa y colocar los muebles en granate quizá hubiera sido demasiado arriesgado. De esta forma, se opta por crear una división en la pared, un poco distinta a lo que estamos acostumbrados; y es que la parte del color se deja en la parte más alta. Con esto conseguimos crear un espacio mucho más acogedor y recogido.

En cuanto al blanco de las paredes, se consigue con un papel pintado tipo cuadrícula que le confiere un aspecto muy moderno a esta estancia compartida.

Los detalles en rosa y granate

Nos gusta mucho el uso del color porque crea un contraste bastante bonito. Las camas colocadas en una superficie en forma de L, cuentan con un somier y lateral en granate realmente bonito. Contrastan enormemente con el blanco de la pared, pero también con el rosa de los cajones.

Vemos ese granate también en ese mueble zapatero bajo el perchero. Asimismo, vemos ese rosa en el estante superior y en los cojines sobre ese mueble.

El detalle del estor de la ventana también es maravilloso, porque aunque se emplea el blanco para las lamas, se usa el granate para las cuerdas que lo unifican. Como vemos, toda la habitación cuenta con estos guiños al color más potente, incluso en los juguetes.

Una librería diferente

Nos fijamos ahora en el lateral de la cama. Este lateral cuenta con un pequeño espacio entre la cama y la pared que es aprovechado para colocar libros. Tenemos, así, una librería periférica que viene realmente bien para que los niños puedan tener sus lecturas más a mano.

Detalles en madera

Para darle calidez, se incorporan algunas pinceladas de madera, pocas pero oportunas. La silueta de la niña con el globo, que en realidad es una lámpara de pared, es una buena muestra de ello. En el otro lado de la habitación un gran espejo ovalado con el marco de madera. Un complemento perfecto para restar frialdad a tanto blanco.

Imágenes vía: beatrizquinelato