Hoy os queremos acercar algo diferente. De vez en cuando sabéis que nos gusta pararnos a mirar trabajos de interiorismo relacionados con los peques. En esta ocasión nuestros ojos se han posado en el trabajo que hizo el estudio Roar para Ora. Se trata de una guardería para niños de preescolar. Nos hemos quedado asombradas por el excelente trabajo y es que no es para menos, una guardería que parece venida del futuro a la que no le falta ningún tipo de detalle.
Un trabajo con cuatro pilares
Según cuenta el propio estudio de interiorismo, era un trabajo complicado; y es que la intención principal era la de crear un espacio para preescolar en el que la experiencia de aprendizaje pudiera convertir la innovación en un hábito del día a día. Además, el diseño que tenían que plantear necesitaba responder a los cuatro pilares clave de esta institución. Por un lado tenía que inspirar liderazgo, pero también felicidad y positividad. Además, era necesario dejar claro un cuarto pilar, las ciencias avanzadas e inteligencia artificial. El último punto era quizá el más importante; y es que en Future Collection tienen claro que la tecnología es esencial para poder enfrentarse al desafío de la educación. Sí, la educación de niños que se preparan para trabajos que posiblemente aun no existan. El avance y la evolución a pasos agigantados.
Teniendo en cuenta esto, Roar se puso a trabajar en lo que sería la guardería del futuro, y lo cierto es que les salió muy pero que muy bien.
Una guardería sin barreras
El estudio se puso a trabajar, y lo primero que pensaron fue en estudiar las guarderías de la ciudad. Observar la relación entre el estudiante y el maestro para poder adaptar el diseño de este proyecto. Así, Roar decidió eliminar la mayor cantidad posible de barreras entre ambos. Se esforzaron en crear espacios muy fluidos y libres en los que los techos y paredes sorprendían por sus diseños curvos. El diseño era complicado, por lo que tuvieron que contar con el apoyo y la experiencia de un constructor de barcos de Dubai para poder dar vida al diseño. El resultado, como podemos ver, es una auténtica maravilla.
Interiores neutros
Las guarderías a las que estamos acostumbrados suelen tener una decoración llamativa. Muchas de ellas cuentan con colores brillantes e incluso personajes de dibujos animados. No obstante, Roar siguió las investigaciones en neurociencia pediátrica y observaron que este tipo de soluciones no son del todo buenas. Dejaron a un lado los colores estridentes y los dibujos animados y se centraron en superficies neutras. Este tipo de espacios promueven los estímulos centrados en el ser humano.
Además, hay que resaltar que en este proyecto las pantallas y tecnología en general, tan necesaria para Ora, se integran de forma discreta en las estancias, tanto en el suelo como en las paredes. De esta forma se consigue que los niños puedan descubrir poco a poco, de forma natural.
Inspiración en una nube
Una de las cosas que más destacan del proyecto es que Roar se inspiró en una nube para el diseño. Lo cierto es que si nos fijamos bien está bastante claro.
Para el estudio, la nube sugiere protección. Una nube arropa y protege a los niños. Era precisamente lo que querían desde un principio, conseguir un lugar en el que los pequeños pudieran estar protegidos, seguros y abiertos para poder descubrir, entender y experimentar.
Roar es consciente del impacto del diseño en el bienestar emocional e incluso físico de los más pequeños. Así, terminó con un proyecto perfecto para ello, lleno de espacios flexibles y ágiles en el que las barreras definitivamente no existían pero, al mismo tiempo, los pequeños estarían arropados.
Imágenes vía: frameweb