A la hora de decorar las habitaciones de nuestros peques, la paleta de color es verdaderamente importante. Los hay clásicos, aquellos que buscan rosa para niñas y azul para niños. No obstante, cada vez son más los padres que se interesan por paletas de color unisex para habitaciones infantiles, y no, no nos referimos al blanco, que ya sabemos que muchas veces es la opción más elegida. Hay muchas combinaciones interesantes, aunque hoy nos vamos a decantar por el gris y el verde. Una elección realmente bonita que puede aportarnos mucho a cualquier espacio infantil.

Gran variedad de matices

Lo que más nos gusta del gris y el verde es que no importa si tenemos niño, niña o incluso si queremos decorar una habitación compartida. Son colores unisex aptos para todos. Además, podemos decir que se trata de dos colores bastante relajantes, sin olvidar que existen un sinfín de tonos diferentes. Sí, existen desde los grises y verdes más oscuros, hasta los tonos más claros como el verde mint.

No es una combinación exclusiva, lo cierto es que podríamos añadir algún color más a esta paleta, los blancos harían resaltar muchísimo a ambos, por ejemplo. Lo más importante es que si jugamos bien nuestras cartas, podría ser una paleta de colores que acompañe a nuestros hijos en su crecimiento. No pensemos que por tener mucha presencia estética pueden cansar. En absoluto.

El verde menta que tanto nos gusta

Hablábamos del verde menta, que ya sabemos ha sido una tendencia absoluta durante los últimos años. También comentábamos que el blanco puede dar mucho más protagonismo a estas pinceladas de color y en esta estancia lo podemos observar. El patrón del papel pintado ya es una delicia, siendo un esquema muy usado en las habitaciones de tipo nórdico. El verde menta se mezcla con el blanco, creando así un tapiz precioso para que, posteriormente, resalte el gris.

En esta ocasión el gris se ha incluido en un elemento con tanta presencia como el dosel. Además, también hay notas de negro, pequeñas, que realzan mucho más toda esta paleta. Sin duda un ambiente ideal para cualquier niño.

Una mezcla llamativa

Comentábamos también que el verde y el gris puede mezclarse sin problemas con otros colores, con muchos, además. En este ejemplo quizá lo veamos más claro. El rosa que se da a una parte de la pared dulcifica muchísimo el papel pintado, con una ornamentación recargada y unos colores fuertes en verde, grises verdosos y rosas.

Además, hay que destacar el gris verdoso del armario, que se sobrepone de una manera imparable sobre el rosa palo. Una combinación que a priori podría parecer y que, como podemos comprobar, no sólo queda bien, es que encima se atreve con un mobiliario potente con una madera en su estado más rústico.

Acercar tonalidades

Nos gustan también las habitaciones infantiles en las que estos colores se mezclan de una forma muy sutil. Sí, si escogemos el verde y el gris adecuado. Dos colores diferentes que pueden acercar posturas como vemos en la imagen. Un escritorio verde claro que se mezcla con una pared gris clarita. Sin duda la forma más sutil de incluir esta paleta de color en un dormitorio infantil; y es que hay veces que no nos apetece apostar demasiado.

Otro excelente ejemplo es el de esta habitación, en el que el verde se llena de gris. Aquí, la nota discordante entre el gris y el verde es, sin duda, el blanco. Conseguimos una habitación atemporal en la que simplemente añadimos color con pinceladas.

Imágenes vía: Petit & Small