Los espacios infantiles están cada vez más adaptados a lo que ellos necesitan y a lo que les gusta. Ahora no solo se crean espacios pensando en el mundo de los adultos, sino que más bien hacen todo para que los peques se sientan bien en un mundo estimulante y a su medida.
Este centro infantil de diseño de día se encuentra en Bruselas, y aunque nos quede un poco lejos, puede servir de inspiración para muchos otros centros. Aquí no se piensa desde una perspectiva adulta, sino que los muebles y cada espacio están pensados a tamaño infantil, para que ellos se desenvuelvan solos y disfruten al máximo de cada rincón. Al tratarse de un espacio infantil de diseño, hay muchos detalles que nos sorprenden y fascinan, en un ambiente en el que se divertirán y aprenderán.
Es asombroso ver como cada rincón parece un mundo en pequeño, con lugares para que ellos los disfruten y nadie más. Además, se trata de un centro en el que hay muchas zonas para jugar, y otras para dibujar, interactuar o comer. Cada cosa tiene su espacio pero es un edificio en el que todo parece integrado, un espacio sucede al otro. Con materiales como el cristal y la madera han creado un ambiente sereno y natural, con líneas sencillas y toques de colorido que ponen el punto divertido.
Para haceros una idea de hasta que punto han pensado en ellos, no hay más que ver la genial escalera, que también es un tobogán y un castillo desde el que jugar a princesas y dragones. Los arquitectos no han desperdiciado ni un metro cuadrado para poder darles todos los espacios de juego posibles.
En este centro también han dado mucha importancia a los espacios abiertos, con luz natural e intercomunicados entre si. Desde luego hay que pensarlo mucho para lograr un espacio infantil en el que todo parece tener continuidad, en donde de un cuarto se pasa al otro, y en donde todo tiene luz clara y ventanales que dan al exterior para proporcionar cierta sensación de apertura y libertad. Desde las zonas de juego a las más funcionales, estamos antes un lugar realmente chulo y pensado solo para los peques.
Vía Dezeen