Cada vez queda menos para que nuestros hijos terminen el curso escolar y puedan empezar a disfrutar de sus vacaciones de verano, creando recuerdos imborrables para el resto de su vida. Las piscinas, las playas y los ríos se convierten en el escenario favorito de los peques, bañándose y pasando el rato con amigos y familiares y disfrutando de las buenas temperaturas estivales. Sin embargo, para los padres esta es una época de cierta preocupación por la seguridad de nuestros hijos dentro del agua, donde queremos que se diviertan y se lo pasen bien, pero que también estén totalmente protegidos.
En este sentido, hace ya unos años que descubrimos que uno de nuestros máximos aliados como padres son los chalecos flotadores de Tutete, un accesorio imprescindible para garantizar la protección de los más pequeños sin que tengan que renunciar a disfrutar del agua en el mar o en la piscina. A diferencia de los manguitos y flotadores convencionales, estos chalecos se diseñan específicamente para que los niños puedan experimentar la libertad de estar en el agua con la máxima estabilidad y con diseños adaptados a cada etapa de crecimiento. Por todo esto, en este artículo queremos explicar cuáles son las ventajas de los chalecos de flotación cómo escoger el modelo perfecto para cada niño o bebé y qué complementos pueden hacer que este verano se convierta en la época más segura y divertida del año.
Las mejores características y materiales para un baño seguro
Desde hace varios años, los chalecos flotadores infantiles de Tutete se han hecho con un hueco en el mercado gracias a sus maravillosas prestaciones, que han convencido a niños y mayores por su gran comodidad. Estos chalecos de flotación hacen del agua un entorno mucho más seguro, permitiendo que los niños puedan disfrutar de este medio sin preocupaciones, propiciando su autonomía y favoreciendo que aprendan a nadar. La marca Tutete destaca en este sector por invertir en ingeniería de seguridad para sus chalecos infantiles, utilizando componentes y materiales que aseguran que los pequeños se puedan divertir sin poner en riesgo su seguridad.
Así, todos sus chalecos infantiles se confeccionan en neopreno y poliéster para lograr la máxima adaptación, e incluyen una cremallera ancha extrafuerte, protegida con un velcro de seguridad y con un refuerzo extra en la parte superior, para evitar roces en el cuello. Por otra parte, estos chalecos flotadores también se complementan con una correa de seguridad situada en la entrepierna, que cuenta con una hebilla irrompible que asegura que se mantenga siempre pegado al cuerpo del niño. Todos estos detalles marcan la diferencia y se convierten en una alternativa mucho más segura que los manguitos y flotadores tradicionales, que pueden desinflarse por pinchazos, limitar los movimientos de los peques y que resultan mucho menos cómodos.
¿Qué ventajas aportan los chalecos flotadores infantiles?
Uno de los puntos más positivos de estos chalecos flotadores infantiles es que son completamente ergonómicos y están fabricados con materiales que se adaptan perfectamente a la talla de los niños, facilitando que se muevan con soltura y ayudándoles a mantener una postura adecuada mientras están dentro del mar o la piscina. Además, otra de las ventajas es que, gracias a su diseño, propician el aprendizaje sin hacer a los niños dependientes de un accesorio, pudiendo adaptar los niveles de flotación del chaleco según el niño vaya avanzando en sus competencias dentro del agua.
De esta manera, los niños pueden divertirse libremente en el agua sin restricciones, moviendo sus brazos y piernas de manera natural y propiciando que adquieran competencias para terminar siendo completamente autónomos en el agua. Sin duda, una inversión que va más allá de su propia seguridad en el mar o la piscina y que se convierte en un elemento que puede acompañar a nuestros hijos en todo su proceso de aprendizaje de natación.
Cómo elegir el chaleco flotador perfecto para tu niño
A pesar de que los chalecos de flotación de Tutete son elementos de seguridad súper interesantes, una de las cuestiones más importantes para sacarles el máximo partido es saber elegir qué talla será la más adecuada para cada niño. Para esto, lo principal es conocer las medidas y el peso de nuestro hijo o hija, tomando como referencias el perímetro del pecho y la longitud que tenga desde los hombros hasta la cadera. Así nos aseguraremos de que se ajuste a la perfección a su cuerpo.
Además, también hay que tener en cuenta el nivel de natación de cada niño para poder escoger el modelo adecuado. En este sentido, existen modelos con compartimentos de flotación fijos, para niños y bebés que todavía no hayan aprendido a nadar o estén teniendo sus primeras experiencias dentro del agua; por otra parte, también existen modelos de chalecos flotadores ideales para niños que ya estén aprendiendo a nadar, con compartimentos de flotación progresivos, que se pueden ir intercambiando para potenciar su aprendizaje.
Complementa el chaleco flotador con los mejores bañadores infantiles
Finalmente, para hacer de esta experiencia en la playa o la piscina algo mucho más completo, no podemos terminar este artículo sin recomendar los bañadores para niños de Tutete, que se han convertido en el complemento ideal para cualquier modelo de chaleco de flotación. Y es que estos bañadores y prendas de verano están diseñados para propiciar la comodidad de los peques y protegerlos frente a los rayos UV, con prendas que pueden bloquear hasta el 98% de la radiación ultravioleta emitida por el sol.