Cuando nuestros hijos empiezan la vida académica, empieza una etapa que puede ser bastante larga en la que tienen que pasar muchas horas sentados estudiando. Hacer deberes, repasar materias, elaborar trabajos. Todo esto van a tener que hacerlo en sus escritorios, y si bien es cierto que tener un lugar en el que poder estudiar es importante, lo es más aún que la silla que escojamos sea la adecuada. Pensemos en las diferentes etapas escolares que pueden llegar, si nuestro hijo quiere, hasta la edad adulta. Una buena higiene postural a la hora de sentarse evitará que tengan futuros problemas de espalda, además, también es importante elegir una silla ergonómica. Hoy te hablamos de cuáles son las características básicas para poder escoger la mejor silla para tu hijo.
Un asiento regulable en altura y profunidad
Nuestro hijo va a crecer a medida que pasen los años. Tener una altura adecuada cuando estamos frente a un escritorio es esencial para esa higiene postural de la que hablábamos. Así, si no queremos estar cambiando de silla cada cierto tiempo, sería interesante apostar por un asiento regulable en altura.
Además, hay modelos que también son regulables en profundidad, permitiendo dejar un espacio libre entre el borde del asiento y la parte posterior de la rodilla.
Un respaldo reclinable
Las sillas ergonómicas cuentan, además, con respaldo reclinable. Esto significa que el respaldo de estas sillas deberían poder regularse en diferentes puntos de inclinación, así como dejarlos en posición libre para que permitan el balanceo durante las pausas o descansos de estudio.
En este punto viene muy bien un sistema conocido como sistema sincro. El sistema o mecanismo sincro permite la inclinación del respaldo hacia atrás de forma completamente sincronizada con el movimiento de la base del asiento para que el conjunto del cuerpo se mueva en sintonía.
Sillas adaptables a las formas del cuerpo
Cuando hablamos de una silla ergonómica, hablamos de una silla que sea capaz de adaptarse a las formas del cuerpo para mantener la columna completamente alineada y la zona lumbar protegida. Para ello, el respaldo debe disponer de una prominencia lumbar que permita el apoyo estable y pueda mantener la espalda en una posición natural. Además, el borde delantero del asiento debería tener una leve inclinación para evitar la presión sobre las piernas y favorecer, además, la circulación de la sangre.
Materiales transpirables
Otra de las claves de una silla ergonómica está en sus materiales. Escojamos siempre materiales que favorezcan la transpiración, pues la falta de esa transpiración puede ser muy incómoda. Hay muchos materiales en el mercado tipo malla que nos ayudarán en este punto.
Una silla con ruedas
A la hora de buscar una buena silla para nuestros hijos, debemos buscar una silla ergonómica con una base de cinco puntos. No es imprescindible, pero lo cierto es que se ha demostrado que proporcionan mucha más estabilidad. Las ruedas giratorias duras son, además, mucho más estables en un suelo alfombrado. Por otro lado, las ruedas giratorias blandas son ideales para los suelos duros sin alfombras.