Desde el momento en que nacemos, todo lo que percibimos, vemos y sentimos va moldeando nuestra percepción del mundo. Desde nuestra más tierna infancia vamos asimilando conceptos y formas de entender la vida, no sólo aquellas que nos enseñan a través de las palabras, si no también lo que va implícito en lo que no nos enseñan a propósito, en los escenarios y gestos de las personas que nos rodean. Vamos construyendo nuestra propia realidad a través del ambiente en el que vivimos, de las costumbres, de las expresiones artísticas, de la valiosa tradición oral de cuentos e historias de nuestros abuelos y padres…Incluso los colores de la ropa que vestimos o la manera en la cual nos abrazamos nos cuenta algo acerca de la vida y de nosotros mismos… Cada nueva experiencia en la vida de un niño lo marca dejando una huella irrepetible que va conformando su personalidad y su manera de abordar el futuro. ¿Será posible que también influya la arquitectura que nos rodea en nuestra manera de ser? Esta cuestión es la que nos planteamos en nuestra sección de Espacios Cool para Niños,¿Has visto qué proyectos tan bonitos de arquitectura e interiorismo infantil?. Hoy hablamos de la escuela infantil Leimond-Shonaka, en Asahi, Japón.
A menudo aceptamos la división del espacio entre paredes, formando cubículos más o menos pequeños separados entre sí. Son ambientes delimitados, aislados unos de otros, accesibles a través de puertas o ventanas que hay que abrir o cerrar. ¿Y si la concepción espacial de nuestro entorno fuera totalmente diferente? ¿Y si varias estancias de diferente luz, color y ambiente confluyeran armónicamente una tras otra y se enlazaran mediante un paseo en lugar de una puerta? Todos estos conceptos son los que se han redefinido en esta escuela nipona, diseñada por el Estudio de Arquitectura Archivision Hirotani, en la que los niños y niñas de cero a cinco años juegan y aprenden día a día en un entorno arquitectónico diferente al tradicional.La idea que se intenta transmitir es la de conectividad entre los diferentes espacios de acción. Mediante un juego de paneles verticales, pórticos, paredes de vidrio, arcos abiertos y tragaluces, estos niños transitan de una actividad a otra asimilando una disposición mucho más libre, espontánea y abierta del espacio.
Inspirándose en los libros infantiles de ilustraciones en tres dimensiones, en esta escuela se ha optado por la superposición de elementos en planos abiertos, jugando con las formas, la luz y el color, sin dividir, ni aislar los unos de los otros. Más bien articularlos de forma diferente, transmitiendo una sensación de amplitud y armonía. En algunas zonas los techos y paredes se alargan creando un efecto túnel, conectados entre sí mediante arcos de diferentes tamaños que conectan unas zonas con otras. Los niños juegan, corren, pintan, van al baño y toman el almuerzo en esta original obra de arquitectura fantástica. ¿Será posible que esta manera en la que los niños de esta escuela perciben el espacio como un entorno más abierto de conectividad y con pocas barreras se refleje posteriormente en la vida adulta, en su forma de pensar y de ver el mundo?
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