Mientras que a muchos niños el tema de la sopa o el puré no es mayor problema, muchos otros no terminan de cogerle el gusto. Seamos sinceros, una crema o puré de verduras no es el plato más divertido del mundo. No es que no se pueda comparar con un plato de macarrones, es que no se podría comparar ni con una ensalada; y es que la variedad de texturas y colores también hace que los platos sean más atractivos, no sólo para los peques, también para nosotros. No obstante, esto no significa que no podamos hacer las cremas y purés de verdura un poco más vistosas. Te proponemos varias opciones para que puedas decorar estos platos para tus hijos.
Una cara sonriente
Una de las cosas que tenemos que tener en cuenta es que presentar cremas añadiendo ingredientes se puede hacer de muchas formas, pero lo ideal es que esos ingredientes sean comestibles y que, además, contrasten con el color uniforme de la crema.
En este caso, tenemos una crema que parece ser de calabaza. La idea de crear un divertida cara sonriente es buena. Para ello, además de un alga tipo nori para la boca (fácil de moldear y de añadir como un velo sobre la crema) se añade un huevo partido por la mitad. La parte blanca contrastará mucho con la crema, mientras la yema del huevo cocido hará de pupilas.
Nos gusta también el apunte del cebollino y el jamón en la parte superior a modo de cabello. Sin duda un plato que es de todo menos aburrido.
Un olaf con pan de pita
Pensemos en cremas verdes. Son muchas las que podemos hacer, desde cremas de guisantes, de brócoli o de calabacín. Este tipo de cremas son las que menos atractivas son para los pequeños; y es que parece que este color se asocia demasiado rápido a la verdura y ya sabemos que verdura y niños no siempre es una buena combinación, aunque sea necesaria.
Para salvar ese miedo a las cremas verdes, podemos usar esta técnica que nos ha enamorado. El mítico Olaf adornando un tazón de crema de verduras. ¿Cómo lo hacemos? Muy sencillo, con pequeños trozos de pan de pita. El pan de pita es lo suficientemente ligero como para flotar encima de la crema. Además, nos permitirá tener una superficie a la que añadir unos ojos una nariz y el resto de complementos.
Jugando con las letras
Otra crema verde y otra opción de decoración. Los peques a partir de 2 o 3 años empiezan a sentir curiosidad por las letras. A partir de los 3 años, en el colegio, empezarán a conocerlas. Teniendo esto en cuenta, no nos parece mala idea decorar la crema de brócoli con unos picatostes muy espaciales. Picatostes que puedan formar letras. Sí, podemos, por ejemplo, crear varios tipos de letras que puedan formar palabras o dejar que ellos mismos puedan colocarlas creando sus propias composiciones.
Arañas en mi crema
No vamos a negar que esta composición nos ha parecido cuanto menos rara, pero no significa que no sea apta. En esto de hacer las verduras agradables para los niños, todo es válido.
Lo que parece ser una crema de calabaza, está decorada con bolas de carne que parecen arañas. ¿Cómo consiguen parecer arañas? Añadiendo espaguetis a modo de patas. Lo cierto es que esta parte se podría modificar añadiendo otro tipo de ingrediente, pero nos parece, de todas formas, una excelente idea.
Crema de zanahoria con gatito
Para terminar, nuestra favorita. Además, una de las más sencillas. Se trata de una crema de zanahoria que se hace más atractiva mostrando la cara de un gatito.
Se consigue colocando dos orejas fuera del plato, con sus respectivos trozos de zanahoria para darles profundidad.
Se usa también dos aceitunas para hacer de ojos, negras mejor. Asimismo, se usa un trozo de pan para hacer el hocico de este gatito añadiendo otra aceituna negra para simular la trufa. Sin duda un plato de lo más entrañable que hará que tus hijos coman crema mucho más contentos.
Como vemos, hay muchas formas de hacer estos platos divertidos. Simplemente pensemos en qué tenemos en casa y pongámonos a crear.
Imágenes vía: pronto, kuechengoetter, epuzzle, clubcarotte